Andrés Manuel López Obrador tomó la decisión de desaparecer el INEE, según él por haber violentado a los maestros; pero tal parece que estas razones no son tan claras.
Se ha anunciado de parte del gobierno federal el cese de las labores del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
En su ya acostumbrada conferencia matutina, expresó el Ciudadano Presidente Andrés Manuel López Obrador que esta decisión no tenía marcha atrás, pues se habían violentado los derechos de los maestros, y que amén de esta circunstancia se necesitaría un instituto de evaluación para la policía, para los legisladores, etc., lo cual era absurdo e innecesario.
Me parece que el titular del Ejecutivo está haciendo uso de sus facultades como autoridad, más no de las intelectuales, pues con respeto, considero que deben ser otros argumentos para tomar una decisión de este tipo.
¿Por qué no plantear una reestructuración o reordenación de dicho organismo? ¿Es que nuestro presidente optará siempre por los radicalismos de cancelar todo? ¿No sería bueno consultar al pueblo sabio sobre esta decisión? Así sucedió con el aeropuerto.
¿Es que nuestras nuevas autoridades en materia educativa consideran obsoleto el ejercicio de evaluar? ¿Cuál es la propuesta para ampliar la calidad del trabajo pedagógico y administrativo de los maestros? Porque, así como lo ha planteado el presidente, se va una situación poco convencional; pero llega otra mejor, reitero: Texcoco por Santa Lucía.
¿Qué deudas tiene el actual presidente con el magisterio para no ver más allá de un discurso de división y culpabilidad señalando errores y verdugos?
¿Qué deudas o compromisos sigue arrastrando la campaña de Andrés Manuel candidato al López Obrador presidente? Incluso con el mismo: ¿secretario Esteban Moctezuma y la televisora Tv Azteca?
Más allá del costo económico que esto traerá, ¿se ha considerado el costo educativo, la implosión evolutiva y la ausencia a considerar?
Hoy más que nunca los maestros necesitan ser acompañados. No es la desaparición la solución, ¿cuál es el argumento cognitivo que anima al presidente a este acto?
Una vez más, así no AMLO, no es tomándote fotos en los aeropuertos, no es viajando en líneas comerciales, no es levantando tu ego todos los días en las mañanas en conferencias de prensa, no es mal llamando reformas, no es así. El camino es otro, es el de la prudencia meditada en las decisiones, el de la escucha de expertos, el del bien mayor que permee en toda una nación.
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