Hoy sabemos que será Xóchitl Gálvez la responsable nacional para la construcción del Frente Amplio por México de cara al 2024, después de un proceso polietápico definido por dicho Frente que no lastimó el erario de ninguno de los tres órdenes de gobierno. Mi amplio reconocimiento a las y los participantes que participaron en esta construcción.
Tenemos una aspirante respaldada con una indiscutible fuerza ciudadana y un inocultable apoyo de los partidos políticos que conforman la alianza opositora, de forma auténtica y con legitimidad.
Y también quiero detenerme en la figura invaluable de mi paisana Beatriz Paredes Rangel quien, una vez más, dio muestra de su talante democrático y oficio político ante la poco afortunada postura de su dirigencia. Nadie puede negar su fortaleza, serenidad y experiencia para abonar a la unidad de esta alianza. Todos tenemos mucho que aprender de su valentía y decisión para enfrentar a la mafia en el poder y poner un alto a este “accidente histórico” que ha demolido instituciones y comprometido el futuro generacional. Ella, siempre una guerrera.
La imagen de Xóchitl y Beatriz que ha circulado en redes lo dice todo: son mujeres autónomas, independientes, capaces y comprometidas con el país. Ellas son las primeras en la línea de batalla para hacer realidad el sueño mexicano, pero sobre todo representan la forma en que las mujeres marcamos la diferencia al hacer política.
Ante la propia inercia del genuino apoyo ciudadano, los partidos políticos dieron muestra de sensibilidad y aceptaron que Xóchitl logró despertar, en corto tiempo, el interés cívico y la necesaria conexión con miles de personas.
Y bueno, no se puede dejar de mencionar, en este proceso, la intromisión ilegal desde Palacio Nacional, que no se hizo esperar. El presidente, en lugar de atender los conflictos para los que fue electo -ya ni se piense en su deber de gobernar-, se empeña en “cobrar apuesta” por un hecho que a vista de todos le causa enorme molestia, enojo y preocupación; más aún, espera recibir reconocimiento de algo que nadie acusó recibo. Es una lástima que priorice sus ataques, mientras en México la explosión de problemas por todos lados es el pan nuestro de las familias.
Mucho presumir y simular el fin de la era de un arcaico proceso electoral cuando la realidad de las cosas es que solo cambió el “dedazo” por el “corcholatazo, con la multiplicación generosa y onerosa de espectaculares que han tapizado la geografía nacional, boletas circulares y una marcada muestra de inequidad entre los competidores, todo para que, desde 2021, él señalara que “es ella”.
A estas alturas, nadie debiera atreverse a apostar en su contra, pues el resultado está cantado desde hace años. Sin embargo y al amparo de recursos públicos, decidió emprender la campaña de su movimiento otra vez con la simulación. ¿A quién quiere engañar el presidente? Debiera mejor ocuparse en decir a sus corcholatas “lástima candidatos, gracias por participar”, como una gentil pero contundente manera de afirmar “la decisión la tomé yo”.
Se vienen tiempos difíciles para los que queremos un porvenir mejor en seguridad, salud, economía, educación y más. Por ello, es momento de hacer caso omiso a lo que digan los cuatroteístas y su pastor, ellas y ellos solo tienen como propósito de gobierno desacreditar cualquier esfuerzo de la oposición e imponer las ocurrencias de un solo hombre.
Quienes aspiramos a cambiar este país -incluida la clase política que integra el FAM- debemos realizar ajustes en la manera de organizarnos contra el oficialismo de un dirigente que ha preferido asumir el papel de coordinador electoral para imponer su legado. No hay espacio para las improvisaciones.
Estamos a tiempo de afinar detalles y emprender la mejor estrategia para conseguir el triunfo en 2024. Es innegable la necesidad de enfocarse en el fortalecimiento de las estructuras partidistas y la reorganización de los esfuerzos ciudadanos. Es así como lograremos la meta. No debemos repetir errores.
Todas y todos tenemos mucho por hacer y aportar desde nuestras trincheras, porque llevamos ya largos meses enfrentando una elección de estado, con 23 mil servidores de la Nación repartidos por todos lados; con el uso y abuso de recursos públicos de la Federación y los estados gobernados por Morena; con la orden de utilizar a toda costa las instituciones de procuración de justicia para fines electorales; con la peligrosa alianza que el poder mantiene con el crimen organizado. ¡Vaya que nos esperan tiempos complicados! De antemano sabemos que no reconocerán ningún resultado adverso. Esta ha sido su historia.
El reto, a partir de hoy, para todas las personas que queremos dar un golpe de timón e impedir cualquier triunfo oficialista, es informar, convencer y sumar voluntades dispuestas a trabajar por la causa de Mx. Es momento de difundir por todos los medios a nuestro alcance que Xóchitl es la opción fresca, atractiva y viable que ya representa una alternativa desde la sociedad civil y que ha demostrado ser competitiva y capaz de encabezar estos esfuerzos.
La fuerza y organización de las y los mexicanos podrá vencer todos los obstáculos. Trabajemos en unidad para construir un mejor Porvenir para México. Diría mi querido Juan José: “en momentos como este, es indispensable hacer un llamado al oficio político de los tomadores de decisiones”. México necesita manos tendidas.
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