Mientras que tarifas del servicio de agua potable excesivamente altas impactan directamente en el bienestar de los sectores más vulnerables de la población, tarifas demasiado bajas pueden afectar negativamente la calidad del servicio y de la infraestructura, lo que también perjudica a la población menos favorecida, señala un diagnóstico del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Asimismo, considera que las tarifas demasiado bajas promueven que los usuarios no valoren el recurso y se incentive el desperdicio del mismo.
A pesar de ser un derecho humano plasmado en la Constitución, los mexicanos no cuentan con un suministro de agua potable de calidad garantizado. De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, 6.9 por ciento de los hogares no tiene acceso a suministro entubado, del resto 33.5 por ciento no cuenta con acceso diario.
Los estados con mayor porcentaje de viviendas sin acceso al agua diario son: Guerrero (77 por ciento), Morelos (76 por ciento) y Baja California Sur (74 por ciento).
El estudio identifica que el diseño e implementación de tarifas es poco transparente en términos de metodologías, criterios y acceso a información. Además, los municipios carecen de sistemas modernos y eficientes que garanticen que el cobro sea proporcional al consumo y que faciliten a los usuarios el pago en tiempo y forma.
El Imco destacó que el gasto promedio mensual de los hogares mexicanos destinado al servicio de agua potable es de 137.1 pesos, lo que equivale aproximadamente a mil 643.16 pesos anuales. A pesar de ello, los sistemas de aguas en el país no garantizan un suministro seguro e ininterrumpido, por ello los hogares se ven obligados a pagar sobrecostos en pipas, agua embotellada y sistemas de purificación, entre otros.
Además, a pesar de que las tarifas del agua se encuentran subsidiadas, la deficiente calidad del suministro en ciertas regiones del país tiene como consecuencia que los mexicanos terminen pagando un sobrecosto por agua embotellada, con un promedio anual de aproximadamente 749 pesos por hogar. En este sentido, mencionó que en 2020 México lideró el consumo mundial de agua embotellada, alcanzando una cifra de 282 litros por persona, cinco veces más que el promedio global.
El análisis indica que otros gastos adicionales incluyen la instalación y mantenimiento de sistemas de purificación o los servicios de abastecimiento mediante pipas.
En el sector comercial y de servicios, el precio mensual promedio es de 188 por metro cúbico (m3). No obstante, existe una gran variación por entidad. Las tarifas más altas se encuentran en San Luis Potosí (741.3 pesos) y Baja California (597.9 pesos), en contraparte, los estados con tarifas más bajas son Tlaxcala (3.8 pesos) y Estado de México (1.7 pesos).
En el segmento industrial, las tarifas son más altas debido a los altos volúmenes de consumo. Hidalgo (891.5 pesos) y San Luis Potosí (741.3 pesos) tienen las tarifas más altas en este rubro, mientras que Tlaxcala (18 pesos) y Nuevo León (11 pesos) reportan las más bajan. En promedio, el precio mensual es de 266 pesos por metro cúbico.
El análisis apunta que los gobiernos estatales recaudan en promedio 603 pesos per cápita por concepto del suministro de agua potable. Esta recaudación también presenta variaciones significativas dependiendo de la entidad, desde mil 763 pesos en Baja California hasta 70 pesos en Oaxaca.
La Ciudad de México lidera la recaudación total con siete mil 215 millones de pesos al año, mientras que Tabasco es el de menor recaudación con 191 millones de pesos. Durante 2021, que es el dato más reciente, se recaudaron 73 mil 144 millones de pesos por el derecho al suministro de agua en todo el país.
El Imco considera que un nuevo sistema tarifario puede ayudar a enfrentar la problemática de escasez de agua al permitir generar ingresos suficientes para mantener y mejorar la infraestructura hídrica y los servicios de suministro para toda la población.
Este replanteamiento debe tener en cuenta las competencias de los gobiernos locales, al mismo tiempo que se establecen criterios transparentes y uniformes en colaboración con el gobierno federal de tal forma que se garantice que el pago de las tarifas se refleje en un servicio ininterrumpido y de calidad.
A fin de mejorar la situación que se presenta el sistema tarifario de agua potable en el país, en su estudio el Imco propone algunas recomendaciones de política pública para atender esta problemática.
1. Mejorar los sistemas de información tarifaria por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). La Federación debe realizar anualmente la recolección de datos sobre tarifas, incluyendo metodologías y criterios considerados para su cálculo. Estos deben estar disponibles para la consulta pública.
2. Fortalecer la planificación estatal del agua de modo que la recaudación tarifaria sea equitativa con el gasto, en coordinación con la Conagua y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esto permitiría una recaudación más equitativa, para financiar adecuadamente los gastos y garantizar el acceso equitativo y sostenible al agua para todos los ciudadanos.
3. Fortalecer a los municipios para mejorar los sistemas de cobro y de monitoreo por parte de los estados y la federación (Conagua). Es importante capacitar periódicamente al personal encargado de la administración y gestión del sistema de agua potable en los municipios, para que puedan comprender y aplicar de manera eficiente los diferentes mecanismos de cobro. Esto incluye la capacitación tanto en aspectos técnicos, financieros, así como legales.
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