México ha comenzado el 2019 con el pie izquierdo, hemos retrocedido en educación tras la desaparición del INEE, necesitamos un nuevo modelo educativo que trascienda y cambie al país; el pueblo debe impulsar el cambio.
En las últimas semanas, se ha generado una gran nube de incertidumbres que cubren la vida política, social y educativa del país.
En lo político se generan acciones encontradas entre la buena intención, pero sin estrategias claras en el ejercicio de este nuevo gobierno. Existen secretarias que operan otros temas menos los que son de su área y responsabilidad, además, de una constante distorsión en las líneas de comunicación institucionales que confunden a la ciudadanía.
Es más urgente impulsar una agenda que ideologice la educación que buscar un modelo educativo que trascienda y nos coloque en los mejores lugares en el ámbito internacional.
El INEE, desaparece y se transforma en otro instituto, sin hasta el momento saber cuál fue la razón para que sucediera esto, cuando todos sabemos, que fue un instituto autónomo con una riqueza académica y de conocimiento, que impulsó y trabajó por una política educativa pertinente.
Los maestros trabajan con programas y criterios que no saben si van a continuar y de aquellas implementaciones y cambios que se pudieran realizar, es decir, carecemos de metas y objetivos claros en donde no sabemos el tipo de educación que deseamos impulsar en las generaciones actuales.
El desabasto de la gasolina y su impacto económico y social, así como la pérdida del empleo por muchas personas que tenían su lugar de trabajo dentro de las dependencias de gobierno, han empeorado nuestro panorama nacional.
Sin duda, no es un buen inicio de año, pero este pueblo nunca se ha doblegado ante las adversidades, siempre ha tenido el ingenio y coraje para salir adelante.
Tenemos que ser en este momento, constructores de esperanza y la educación es el mejor medio para eso.
Tenemos días inciertos, pero también es claro que aun cuando la noche es más oscura, es porque está cerca el amanecer.
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