X en construcción

Los números con los que aparece Xóchitl Gálvez en las encuestas –sobre todo en las que se levantan en domicilios– sorprenden a muchos. A sus malquerientes les sirve para decir que es un invento más de la derecha, un espejismo conservador, una malévola estrategia mediática, una ilusión neoliberal, una mariguanada de Fox. Para algunos de los que la apoyan abiertamente les genera el desencanto y el sospechosismo al que se prestan siempre las encuestas y, más aún, las casas encuestadoras.

Desde mi punto de vista, el tema Xóchitl apenas se está traduciendo en números para las encuestas. Lo normal a estas alturas es que se reflejen en un avance en conocimiento del cual carecía. El fenómeno político que ha representado la hidalguense en estas semanas continúa y ya se ven los resultados. Ella es un personaje que apenas nace a la luz nacional, a comparación de Sheinbaum, que ya lleva un par de años y con todo el aparato del Estado en su apoyo, o del joven Colosio, cuyo nombre es ampliamente conocido en territorio nacional, pues hay colonias con ese nombre en todos los estados (esto por mencionar a los aparecidos en la encuesta que publicó ayer El País de la empresa Enkoll y que según Adán Augusto están pagadas por Sheinbaum). A la aspirante opositora le han aparecido ya negativos a la par de su crecimiento, lo cual puede desprenderse de la furiosa y permanente campaña del presidente López Obrador en su contra. Como sabemos, el Presidente tiene una mente ociosa y atolondrada, pero en términos electorales no suele fallar. Sabe por qué hace las cosas.

El viaje de Xóchitl a la candidatura y a la campaña presidencial acaba de comenzar. Es temprano para sacar conjeturas de cualquier índole respecto de resultados finales o de la propia competencia que se librará oficialmente dentro de unos meses. Pero podemos ver que la respuesta en redes y medios que ha tenido ella es algo inusitado y no hay nadie en la oposición que ni remotamente lo tenga. Esto hace suponer, correctamente, que es la candidata que puede dar mejores resultados en las elecciones. Digamos que ha podido aglutinar el ambiente opositor en torno suyo y eso no es poca cosa, independientemente de los números. ¿Cuándo comenzará el crecimiento general de la llamada señora X? Cuando sea la candidata de la oposición. Eso le dará, sin duda, una plataforma mucho mayor y volverá a ser una noticia permanente con seguridad para las elecciones. La definición de quienes serán los contrincantes de la justa presidencial importa, y mucho. Por eso la insistencia en el tema de las declinaciones –quizá para mediados de agosto–; no es que se descalifique una contienda que buscaba precisamente lo que tiene Xóchitl: tener un fuerte impacto mediático que hiciera atractiva a la oposición. Por eso insisto: si ya se logró, hay que aprovecharlo.

Es claro que falta mucho. Pero también es claro que no hay tiempo que perder. Ahora mismo no importa que la campaña de doña X tenga mucho de improvisación y de base en la buena fe, está bien para lograr conocimiento. Por ahora, el deslumbre de su decisión todavía funciona, pero en algún momento se apagará y habrá que pasar a otra cosa. Toda novedad se desgasta.

Xóchitl es un personaje en construcción. Por eso el presidente se adelantó a ponerle manchas al nuevo personaje. Si bien es cierto que en estos momentos nada es definitivo, ni su burbuja mediática, ni su tenue aparición en las encuestas, tampoco hay tiempo que perder.

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