TODO LE SALÍA BIEN
En alguna otra ocasión el escribano comentaba con las bellísimas lectoras y amables lectores que, el presidente mexicano traía todas las canicas en la mano (para nuestros lectores en El Chad, Singapur o Tanzania, “traer todas las canicas en la mano” significa contar con todas las oportunidades para ganar) y sabía bien el cálculo de cada paso para lograr su propósito.
Es decir, todo le salía bien, hasta que empezaron los dislates, las ocurrencias y la soberbia, derivados de la hinchazón de poder, a sabiendas que no habría voluntad superior que se le opusiera.
El pensador urbano El Perro Bermúdez decía en casos así, que “se engolosinó con el balón” y entonces, empezaron los problemas en palacio, evidenciando una vez más que el poder embriaga y fuerte; pero logra desquiciar a quien lo padece y se “engolosina”, cuando se percibe magnificente, invencible y adorado por la vocería de sus admiradores que, aunque pagados, lanzaban sus vítores, confeti y porras.
No importó nunca que la jerigonza de una narrativa oliente a museo decimonónico, al repetir los mismos ataques, idénticas amenazas y ocurrencias surgidas de la fantasía agobiante, hiciera que las mismas loas se fuesen desinflando mediante la graciosa huida de los vitoreantes que, cansados, hambrientos y sudorosos preferían abandonar al ungido que seguía habla y habla, escuchándose más así que dirigiendo un mensaje al pueblo alabador.
PERO…
El asunto se revirtió para el mandatario, cuando para el sufrido pueblo que dice defender, las ocurrencias de siempre –como lo demuestra la historia, desde las ocurrencias de Calle y Obregón, del Nopalito, de Porfirio Díaz o, más recientemente, de Echeverría y López Portillo; de Díaz Ordaz o de Enrique Peña; de Salinas o de Fox y Zedillo- empezaron a surgir expresiones tan torpes como recalcitrantes; tan tóxicas como vitriólicas.
Esas expresiones aumentaron de intensidad, de explosión, de loqueras neronescas y de una postura que, a lo Calígula, pateó todo lo que pudiera oponerse a su imaginario.
La economía –que nunca entendió- se fue al cesto de la basura. La inseguridad se convirtió en mensajitos simplones para el Reino Unido y para el protectorado del crimen tolerado y bendecido en el 81 por ciento del territorio mexicano.
Los temas de salud fueron lanzados por la alcantarilla y el rezago educativo y sus muchísimas limitaciones dejaron de importar para el presente y el futuro de este país, porque lo importante fue lanzar –con todo y sentencia jurisdiccional- a la entrañable, para dar seguimiento a la devastación del Edomex.
EN EL QUID
Para el escribano, el desbordamiento de la insensatez aparece, con mayor fuerza, al darse a conocer los reveses de la Corte a las ocurrencias presidenciales.
Dolió y dolieron los mandarriazos que nunca comulgaron con ruedas de molino. Pero, las respuestas, los ataques y las descalificaciones se multiplicaron exponencialmente. La presidenta de la SCJN se convirtió en el enemigo público a pisotear. La respuesta de la ministra presidenta se hizo con clase, con altura de miras y visión de un Estado constitucional.
CON TODA LA FUERZA Y RECURSOS DEL ESTADO
Fuerza y recursos públicos ilimitados para difamar, para engañar, para chantajear, son el mismo misil empleado desde hace cinco años contra lo que él califica como sus enemigos.
Loret, Ferriz de Con, Sarmiento, Pablo Iriart, Pepe Cárdenas, Loaeza, “el Hitler” Alazraki Raymundo Riva Palacio, Ciro Gómez Leyva, Reforma, El Universal, Proceso y la exhibición de todos los nombres de las personas que hablaron mal del presidente en algún momento, fueron exhibidos desde el púlpito mañanero.
No importó –ni le importa ahora- exhibir esos nombres, los espacios de trabajo. No importa exponer a las familias de los señalados, para que una turba de fanáticos salvajes pueda estar dispuestos a cometer delitos, todo, con tal de evidenciar lealtad a quien les da de comer y les ha otorgado todos las ayudas y apoyos recibidos.
Ahora es Xóchitl y el SAT… Y es que así, se respira por la herida.
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