“La pasión por el ideal ha muerto. Se le ha dejado desfallecer, primero, se le ha abandonado después y ha acabado por morirse.
Esto explica el desdén con que por todas partes se ve lo grande y lo noble y el encogimiento de hombros con que todos saludan programas y banderas. Pero lo más grave es que nuestra juventud carece de ideal desde hace mucho tiempo; no ha habido quien la arroje en la hoguera donde se encienden las altas y recias pasiones. Y donde se recibe dentro del puño de la diestra, crispada por el juramento hecho bajo la tienda ideal, el cayado, fuerte y nudoso para ponerse en marcha hacia las alturas.
Nuestra juventud no ha tenido, no tiene desde hace mucho tiempo ni maestros, ni abanderados… a nuestra juventud no hay ni ha habido quien le llene sus alforjas el día de emprender el viaje. Ni siquiera ha habido quien le haga sospechar que necesita provisiones. Cuando muchos se le ha enseñado a que arrebate del torbellino del tiempo el pan para el cuerpo; pero nadie le ha dicho que no empiece su jornada hasta no ir bien provista de pan en abundancia para el espíritu… Y es necesario empezar por echar en la mano de cada joven que parte o que ya se ha incorporado a la caravana de los que marchan, el pan con que se nutre, se fortalece y se alimenta la vida del espíritu; ideal, ensueño, ilusión alta y noble, gallardía, generosidad, arrojo, audacia, osadía ante los fuertes para que sigan adelante sin desfallecimientos y titubeos”. Escribía Anacleto González Flores en 1926, y hoy en día podemos ver que estamos viviendo en una etapa en que se necesita incorporar a los jóvenes en los grandes problemas nacionales con un sentido de idealismo y no de egoísmo donde solo vean sus intereses a corto plazo.
En las pasadas elecciones del Estado de México hubo una gran abstención y se dice que entre los jóvenes fue donde mayormente se reflejó, y hoy ante un súbito cambio en el panorama donde un personaje como Xóchitl Gálvez ha venido a mover el panorama electoral del 2024 que lucía muy cargado hacia los precandidatos oficiales, y si bien no todos estarán de acuerdo con todas sus ideas es necesaria la incorporación de toda la sociedad y sobre todo de los jóvenes para poder consolidar una candidatura que sea competitiva ante lo que parecía una elección de Estado sin competencia.
El idealismo que podemos decir es la búsqueda de un bien superior aún a costa de grandes esfuerzos y sacrificios debe ser la principal característica de la juventud que hoy sin embargo se ve poco enraizado, ante una sociedad que lo que propone a cada minuto es el hedonismo y la búsqueda de toda clase de satisfactores y placeres con el menor esfuerzo posible, y que no solamente se conforma con lo anterior, sino que fomenta una serie de antivalores a los cuales se atreve a llamar derechos confundiendo las conciencias de muchos, no solamente de los jóvenes, sino aun de personas mayores que se han dejado influenciar por estas corrientes ideológicas y han arriado las banderas del bien y de la verdad.
Es tiempo todavía de sacudir conciencias hacia el compromiso, analizar la realidad que estamos viviendo que nos está presentando caminos muy equivocados y con un futuro muy poco prometedor, y trabajar para convencer que el cambio es lograble si la ciudadanía se compromete a algo tan sencillo como participar en las próximas elecciones.
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