Así como a los niños mal portados Santa Claus les trae un saco de carbón, así a López Obrador sólo le trajo muchos reclamos en redes sociales por su actitud confrontadora e imprudente.
Las fiestas de Navidad dejan a una ñora más cansada que como se ve el presidente en sus conferencias de prensa. Es que, entre los romeritos, el pavo, el bacalao y lo que dejan de tiradero los escuincles, perdón, las bendiciones después de ver los regalos que les trajo Santa Claus pues una no acaba. Y eso que mis bendiciones sí se portaron… ejem, ejem, bastante bien porque no hubo saco de carbón como el que encontró nuestro-me-desmañano-porque-soy-de-Tabasco-y-ahí-amanece-antes.
El presidente encontró en el árbol de las benditas redes sociales muchos mensajes donde lo culpaban por la muerte de la gobernadora de Puebla y su marido, exgoberandor y senador. Sí, encontró el castigo de no saber medir sus palabras. Y parece que los Reyes Magos tampoco le traerán nada porque no ha entendido que lo que dice repercute en el ambiente, en las redes, en las cenas familiares… O medio lo ve, porque ayer llamó mezquinos a sus opositores y hoy dice que mejor no, que son canallas. A lo mejor, esta ñora está equivocada y lo que le trajo Santa fue un Diccionario de neosinónimos para la gente que no me cae…
Pero el punto es el mismo. No es capaz de ver que si desde el primero de julio o un par de semanas después cuando se dieron los recuentos de votos en Puebla, hubiera aceptado la realidad: la gente no votó por su no-dije-magnicidio-nomás-me-traicionó-el-inconsciente es porque desde la campaña lo rechazaron y fue candidato por imposición del hoy presidente-de-todos-los-mexicanos-menos-los-poblanos. Entonces, como cada que las cosas no le salen bien comenzó a imaginar conspiraciones malvadas, y se expresó en todos los tonos posibles contra la ganadora, a la que sólo muerta y en tuit, que parece no escribió. la reconoció como gobernadora.
Sus palabras se leyeron como amenazas, si no de muerte, sí en contra de la gobernabilidad de un estado soberano. Al que atacó no sólo con la advertencia de no pisarlo sino pichicateándole la lana en el presupuesto. ¿Y luego le sorprende que el caldo al que le ha echado tanto insulto le pique? Esta ñora con gusto le da clases de cocina para que sepa que todo lo que se echa, acaba dejando su rastro en la sopa.
Esta ñora no sabe si sea culpable de la caída del helicóptero, sólo que es culpable de crear él mismo el ambiente para que se dé esa duda. Y para rematar el berrinche de ganso pasó a gallina: no voy al funeral de estado. ¿Y qué pretexto usó? ¡Su favorito! Los conservadores habían creado un ambiente desfavorable… o sea, se fue a llorar en un rincón sobre su saco de carbón.
A esta ñora le parece que incluso su saco de carbón era una oportunidad de ser visto como jefe de estado y no como eterno candidato de tiro la piedra y me sorprendo de que se enoje la señora a la que le rompí la ventana. Su carbón le daba la oportunidad de hacer bonita carne asada y un caldito calientito y sabroso. Y luego invitar a sus vecinos, incluso a la señora enojada porque le rompió la ventana para que vean que cuando quiere sabe cocinar muy rico y compartir… pero no, sigue en el rincón consultando su diccionario y buscando neoinsultos para usarlos mañana.
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