Empezó 2024

Pues ya empezó 2024. No habremos terminado el desayuno de este día y ya nos estaremos enterando de novedades, planes y programas de los actores políticos para los próximos meses. Y es que, en efecto, el 24 empieza hoy mismo. Estamos ya a poco menos de un año de las elecciones y si el ambiente estaba tenso, muy pronto se podrá cortar con cuchillo.

Entraremos en un tobogán que, por más que no quieran nuestras buenas conciencias de la comentocracia, será polarizante, porque no habrá otro camino: polarizará el presidente, polarizará su candidata y polarizará la oposición si quiere medianamente competir. Los intelectuales y politiquillos que contribuyeron con sus medias tintas y sus miedos a la normalización del lopezobradorismo, ahora claman por el diálogo y las propuestas como manera de salir de su propia ignominia. Palabras que se quedarán en el papel.

Los resultados que vemos en otros lados, España por ejemplo, muestran el total desdibujamiento del centro, el resurgimiento de la derecha y del populismo tanto derechoso como zurdo –algo que pasa en América Latina–. Aquí en esta bella y sufrida tierra somos –a pesar de los deseos de nuestro presidente– parte del mundo y respondemos a sus movimientos. El propio presidente, con su verborrea y sus despropósitos, no es nada original en el orbe. Es uno más de los loquitos y narcisos en el poder que están de moda por todos lados.

Por supuesto, las miradas en las próximas semanas estarán en la definición de los candidatos y los métodos para seleccionarlos. Hay que decir que, al igual que las elecciones en el Estado de México, el día de ayer las mujeres tendrán el papel relevante. Por lo menos es lo que se ve y lo que desata la candidatura oficialista –y casi oficial– de Claudia Sheinbaum. Una competencia entre mujeres. Es el aviso de que en este país, a partir del próximo año, nos gobernará una mujer. A menos, claro, de que la oposición insista en vivir en su realidad paralela y salir con la novedad de postular a Alito por el PRI, a Creel por el PAN y a Miguel Mancera por el PRD. Si eso sucede, habría que aprender a hacer casitas con plastilina o algún otro tipo de manualidades, porque no habrá nada qué hacer.

Pero las cosas se pueden poner bien. Tampoco hay que ser del todo pesimistas. Cierto, las cosas no están como para decir ya ganamos y a dormir tranquilos, pero tampoco para decir que los opositores serán arrasados por las hordas del Atila tabasqueño. Habrá las hordas, sí, las que están a la orden presidencial, pero ya no es lo mismo de 2019, en que por donde pasaban no sólo no volvía crecer el pasto, sino que dejaban una nata gris de abulia y mediocridad. Ya no es así. En muchos lados la gente se moviliza mucho más de lo que se pensaba que podía suceder. Están las varias agrupaciones en Unid@s que han mostrado una estupenda capacidad organizativa y un olfato político certero. Han sido una gran palanca política en los últimos meses.

Vendrán semanas de postulaciones, definiciones. Quizá de debates, pero por lo menos de intercambios y de decisiones. Así pues, que el 24 a la una, el 24 a las dos y…

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