La lectura es uno de los principales canales de conocimiento que existe desde hace milenios, con gran riqueza, y de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la lectura es un canal importante para que niños y jóvenes identifiquen problemas en sus comunidades, por lo que las bibliotecas son vitales.
Elsa Margarita Ramírez Leyva, directora general de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información de la UNAM, indicó que “la lectura puede establecer un diálogo intergeneracional, ayudar a vincularnos o revincularnos entre las distintas generaciones”, y recalcó que las bibliotecas ayudan a reducir la brecha de lectura en distintos aspectos.
De acuerdo con datos del Inegi, la población cada vez lee menos y los menores cada vez tienen menos estímulos de lectura, pues 83 por ciento ha dicho que sus padres o tutores no los llevan a bibliotecas o librerías; el 79.7 por ciento dijo que sus padres no les leían y 68.3 por ciento no veía a sus tutores leer.
Además, el último Módulo sobre Lectura presentado por el Inegi destacó que la población lectora en México se redujo, pasando de 80.8 por ciento lectores en 2016 a 68.5 por ciento en 2023, durante el último año, tres de cada 10 mexicanos no han leído ni un libro y el promedio de libros leídos por persona es fue de 3.4.
Ramírez Leyva comentó que el mundo cambia a cada momento, y no aprendemos de una vez y para siempre, por lo que debemos estar aprendiendo constantemente, y las bibliotecas son el sitio de aprendizaje por excelencia, en donde se reúne una gran cantidad de conocimiento disponible para todas las personas que deseen aprender.
En la Tercera Jornada Internacional de Fomento a la Lectura en las Bibliotecas Universitarias, Adriana Sandoval Moreno de la la Unidad Académica de Estudios Regionales detalló que en las zonas donde no hay bibliotecas, los menores tienen mayores brechas educativas y hay otras zonas donde los niños tienen un par de libros solamente.
Finalmente, Héctor Claudio Farina Ojeda, del Centro Universitario de la Ciénega, de la Universidad de Guadalajara, indicó que la lectura cambia a la sociedad y puso como ejemplo a Noruega, que pasó de ser una nación pobre a ser una donde la pobreza casi no existe, pues se destinó gran parte del presupuesto a educación y salud.
“Si se duda que el nivel de lectura cambia a una población es necesario mencionar el caso de Noruega, cuyos habitantes leen cinco veces más libros que los mexicanos”, concluyó Farina Ojeda.
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