Siempre es actual hablar de las madres y de la familia

Todos nos damos cuenta de que vivimos en una época en donde crecientemente hay confusión cuando las élites culturales malévolamente atacan a la feminidad y a la maternidad. ¿Qué pasa entonces con ese amor inmenso y desinteresado por parte de todas las madres hacia el hijo(a) y de estos hacia su madre?

Sabemos que todos, incluyendo madres y padres, nos hemos dejado influir por corrientes ideológicas sociales que nos rodean, por los medios publicitarios, por los celulares, por los espectaculares, por las teorías de igualdad y liberación… pero ¿hemos perdido la verdad y el rumbo?

¿Adónde encontraremos la Verdad que buscamos?

En este año, se publicó un documento de obispos españoles, es una guía maestra para todos aquellos que realicen “trabajo pastoral en la persona, la familia y la sociedad”, titulado “El Dios Fiel, Mantiene su Compromiso” basado en Deuteronomio 7:9 que dice: “Por tanto, reconoce que el Señor, tu Dios, es el Dios, el Dios fiel, que guarda por mil generaciones la alianza y el amor con quienes le aman y cumplen sus mandamientos.” Esto nos recuerda que debemos hacer nuestra parte para cumplir la promesa de Dios, enseñando la Verdad.

El mismo Juan Pablo II reconocía ya las amenazas a la vida en su Encíclica Evangelium Vitae:

“Presenta su aspecto más subversivo e inquietante en la tendencia, cada vez más frecuente, a interpretar estos delitos contra la vida como legítimas expresiones de la libertad individual, que deben reconocerse y ser protegidas como verdaderos y propios derechos (…). Justo en una época en la que se proclaman solemnemente los derechos inviolables de la persona y se afirma públicamente el valor de la vida, el derecho mismo a la vida queda prácticamente negado y conculcado, en particular en los momentos más emblemáticos de la existencia, como son el nacimiento y la muerte” (18).

Un grupo internacional de “expertos” de manera rutinaria retan el concepto verdadero de la sexualidad humana. Estos degradan el matrimonio, destruyen la vida del bebé en gestación y tratan a la familia tradicional como una pieza de museo.

Todos formamos parte de la defensa de la verdad, incluyendo los sacerdotes y obispos. Hemos de defender la Cultura de la Vida, a pesar de las dificultades que los católicos enfrentan ante las teorías de hoy. Los obispos españoles que elaboraron el documento reconocen que vivimos “en una sociedad dominada a veces por “tristes pasiones” – enojo, indignación, resentimiento.”

En el corazón del Evangelio se encuentra la familia, con la Sagrada Familia como nuestro modelo. La familia es indispensable tanto para la persona como para la sociedad. Y por “familia” se entiende a la familia nacida del matrimonio basado exclusiva y definitivamente en el amor entre un varón y una mujer. Decir esto, no es mirar al pasado, sino hacia el futuro.

Los obispos señalan que: “Somos una sociedad de familia y esto no solamente es compatible con ser moderno, sino que hace posible que nosotros lo seamos. Sin las familias no habría modernidad.”

Por desgracia los izquierdistas del mundo moderno, como el mismo ‘satanás,’ intentan vaciar este maravilloso regalo de su propósito divino y lo reemplazan con la basura de la decepción y la destrucción. La definición izquierdista de una familia es una burla manipulativa designada para atacar y destruir la fábrica de una sociedad libre al destruir la unidad social fundamental que es la familia.

Ante esto, muchas madres han dejado de creer en su capacidad de dar vida a un nuevo ser,  han dejado de ‘creer’ que pueden ser madres debido a su propia naturaleza y prefieren matar en su vientre a su propio hijo como si fuera desechable, cuando piensan que ellas son primero y que ese hijo es una carga para su vida, pero, aunque no lo asimilen nunca, ellas, las que se deshicieron de su hijo, ya fueron ‘madres’ de alguien, aunque no lo hayan querido.

Por otra parte, habrá que dejar claro que jamás un hombre puede convertirse en mujer, porque así lo desee su mente, ni jamás podrá ser madre biológica. Esto solamente pasa en la imaginación de algunos, influidos por ideologías o por algún trastorno mental.

Ante esto, los obispos españoles reconocen lo destructivo que puede ser toda esta ideología para la “familia: los crecientes problemas de salud mental que infectan a los jóvenes surgen del aislamiento y la soledad de una falsa realidad – un mundo en el que los verdaderos padres y madres son reemplazados por ilusiones de “libertad” que, al final, conducen solamente a la desesperación y a la muerte de la esperanza. La creciente ola de suicidios entre las personas jóvenes no ha sucedido por accidente, como muchos han creído.

Benedicto XVI ya advertía de la “dictadura del relativismo”:

Benedicto XVI ha subrayado que el relativismo “parece que completa el concepto de libertad” pero en realidad puede “llegar a destruirla”, proponiéndose como “una verdadera dictadura“. Cada día nacen nuevas sectas y se realiza lo que dice San Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir a error (cf. Ef 4, 14). A quien tiene una fe clara, según el Credo de la Iglesia, a menudo se le aplica la etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, dejarse «llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina», parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos.”

Los seres humanos, consumidos por las pasiones y apetitos hacen de esto falsos dioses, crean falsas “teologías” para justificarlos. La “ideología de género” es uno de los más conocidos ejemplos. “El movimiento a favor del aborto está basado en una absoluta y total ideología, en base al poder absoluto del individuo,” nos dicen los obispos. “Un día lamentaremos los millones de víctimas que nunca pudieron ver la luz ni tampoco nos pudieron dar su luz. El aborto NO es el derecho a ‘decidir,’ sino el poder de dominar.”

No podemos dejar de mencionar que gran parte de estas ideologías están basadas en el marxismo, o mejor dicho, en lo que es llamado como “marxismo cultural.” Su revolución económica, el “materialismo dialéctico” que superaría al capitalismo y al sistema de clases y lo reemplazaría con el comunismo estaba de hecho basado en lo que a menudo pensamos equivocadamente como un desarrollo posterior a la doctrina marxista.

Desde el principio, Marx vio que la familia estaba en el camino estorbando a su visión socioeconómica. La estructura familiar representaba continuidad y linaje, propiedad privada, herencia y respeto por la tradición. Por su naturaleza jerárquica, era el poder dinámico social que él quería destruir. En la familia según Marx, el padre representaba a la burguesía, y la esposa e hijos, el proletariado. Por tanto, para causar la ruina del orden capitalista, era necesario abolir a la familia, y una manera clave era la destrucción de toda restricción sexual.

Hemos visto cómo la llamada “revolución sexual” que es el libertinaje sexual continúa rompiendo y separando a la fábrica de la vida familiar, y separa principalmente a los padres de sus hijos. En paralelo, al socavar el papel del padre está el aumento y expansión del papel del estado al cuidado y educación de los menores.

Todo esto hemos de tomarlo en cuenta en México, cuando los titulares políticos han anunciado la “nueva reforma educativa” dirigida a la niñez: “En el nuevo libro para docentes, la Secretaría de Educación Pública contempla erradicar enseñanza ‘cerrada y colonialista’ que plantea…. adoptar los pensamientos e ideales de pedagogos y sociólogos marxistas… para la formación del ‘nuevo mexicano.” (El Universal, Nación A6. M. Cabadas, marzo, 2023). Para varios especialistas en educación, el texto para docentes no cuenta con recetas pedagógicas, pero sí ideológicas, tendientes a implantar una educación marxista en las aulas.

¿Queremos que este sea el ‘nuevo mexicano’ que propone nuestro gobierno? A instancias de esta nueva ideología que ya se está tramando, la ‘moralidad es represiva’, así que la radical educación sexual deberá reemplazar a la instrucción religiosa en todas las escuelas. La liberación sexual de la lívido y la cultura como consecuencia, a los ojos marxistas, era vista como un final en sí misma y un medio hacia un fin, porque facilitaba la destrucción de la familia, la cual era un bloque para la revolución. Así, en lugar de avanzar en la revolución marxista, tiende a ser vista como una ‘lucha general por la igualdad social y la inclusión,’ palabras más o palabras menos que hemos escuchado en este periodo presidencial.

Benedicto XVI advertía que: Como consecuencia de una sociedad que al no creer en nada tiende también a desplazar y despojarse de Dios, abrimos la puerta a expresiones muy diversas del mal, así pues, podemos ser testigos de los atentados contra la dignidad humana, de las vulneraciones a la libertad natural y la propiedad privada, la destrucción de riqueza, la corrupción moral, las pretensiones de demolición de la familia y otros cuerpos intermedios, las propuestas de “falsos dioses y religiones”, la atomización que dará lugar a una nueva esclavitud estatal, etc.

Solamente mencionaré por último lo que se denomina como ‘crisis demográfica’ la cual se produce cuando ya no importa la familia, y sin familia, no hay futuro. Los obispos, culpan de esta crisis a las leyes seculares que envenenan las mentes de los jóvenes.

Por tanto, se hace un llamado a los padres y madres de familia a levantarse ante el reto, no solamente siendo generosos con la educación y atención de sus hijos, sino criándolos con un espíritu que plantee la semilla del deseo de casarse y tener familias fructíferas y unidas para sí mismos. Y en lugar de adoptar nuevas ideologías (Camino Sinodal, Alemania) que tapan la imagen del matrimonio al plantear extrañas “bendiciones a parejas que no lo son,”  se anima a todos los padres y madres a buscar caminos para educar a los jóvenes para el noviazgo y el matrimonio y la educación de sus hijos. Y no olvidemos que:

La mano que mece la cuna, es la mano que gobierna el mundo” :

Así dice un viejo adagio, y así lo creo sin ningún interludio

Tú mujer que diriges un hogar comprendes bien lo que digo

Todos los que te rodean, viven pendientes de tus latidos

Tú que con fortalezas y flaquezas construyes el destino

De aquellos que te aman, y de aquellos que te admiran

No sólo hoy sino por siempre deseo que en tu camino

Permanezcan luz y sabiduría divina que tu accionar perfilan”

(Poema: William Ross Wallace, 2010)

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