Amor de mamá

Comúnmente compartimos algunos aspectos de la educación de nuestros hijos, pero hoy quiero compartir un tema que muchas veces sentimos que es obvio y que por lo mismo pasamos por alto y es que nosotras las mamás somos, o debemos ser, quienes proveemos de estabilidad emocional y anímica a nuestra familia y esto lo podemos hacer porque contamos con un arma secreta que es el amor, el amor de mamá.

Dios nos dotó de una capacidad inmensa de amar incondicionalmente como lo dice 1Cor 13, 4-13, comprensivo y servicial, que no sabe de envidias, ni de orgullos, ni de egoísmos, ni de rencores, sino que lo perdona todo, lo justifica todo, lo ama todo; por eso buscamos educar a nuestros hijos con amor de mamá.

Esto no quiere decir que les pasemos por alto todo lo que hacen nuestros hijos, por el contrario, así estaríamos demostrando que no los amamos. El que ama educa y para educar hay que moldear y para moldear hay que corregir, aunque a veces nos duela el alma, es necesario corregir con amor.

Las mamás no somos perfectas, nos enojamos, nos cansamos, nos ponemos tristes y a veces estamos muy sensibles, lloramos, nos reímos, nos preocupamos y tenemos un sexto sentido muy desarrollado para darnos cuenta cuando las cosas no van bien, pero siempre tratamos de hacer todo con y por amor, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Busca siempre estar alegre para que la familia esté alegre.

Y es que del humor que está mamá, la familia entera se contagia, por eso debemos tratar de estar alegres y de buen humor, para que el ambiente familiar sea bueno y todo se lleve a cabo con paz y armonía.

Cuando las cosas van mal, como a veces pasa, es necesario que alguien mantenga la luz de la esperanza encendida y esas debemos ser nosotros ya que de esta forma nuestros hijos se mantendrán ecuánimes y centrados ante las circunstancias de la vida y aprenderán de nuestro ejemplo a que todo es mejor si mantenemos una actitud positiva y ofrecemos todo a Dios con amor y alegría.

Cuando estamos alegres podemos pensar y actuar mejor que cuando nos enojamos y así es más fácil solucionar lo que se nos vaya presentando a lo largo del día.

Y por favor, que se nos note la alegría, que nuestros hijos nos vean sonreír, que les dé gusto estar cerca de nosotros. Hay que aprovechar todos los momentos para estar bien en familia.

SEGUNDO. Si estás enojada, date 5 minutos.

Como somos humanas, también nos enojamos, es por esto que debemos hacer el hábito de que si estamos enojadas nos damos unos minutos para que se nos baje el enojo y poder seguir sin ese ofuscamiento que nos genera el enojo.

Podemos decirles a nuestros hijos que nos retiramos 5 minutos porque vamos a pensar las cosas, porque nos vamos a tranquilizar para no caer en enojo profundo y comenzar a ofenderse sin darse cuenta o que ponemos pausa y en unos minutos continuamos, para ir a tomar aire y tratar de controlar los sentimientos para que todos sean positivos y no ofensivos.

Esta práctica debe ser cotidiana y es muy bueno que nuestros hijos la aprendan, así se evitan muchos pleitos en la vida y muchos dolores de cabeza porque cuando actuamos enojados es muy común que perdamos los estribos y nos quedemos sin freno al actuar, dañando y ofendiendo a los que nos rodean.

Este es el principio de la inteligencia emocional, gestionar nuestros sentimientos y encausar nuestras acciones para que sean con y por amor.

TERCERO. Trata de proteger a tu familia con tu oración.

La oración de una madre es muy poderosa, por lo que debemos ofrecerla por nuestros hijos a diario. Cuando una madre se pone de rodillas, los hijos se ponen de pie, sin importar cuán abajo se encuentren, la oración con amor de mamá Dios la escucha siempre.

Es importante que tengamos un tiempo y un espacio en el día para hacer oración por cada uno de los miembros de nuestra familia, incluidas nosotras, para que Dios nos ayude y nos guíe para algún día llegar a ser como su Madre, la Santísima Virgen María, para que podamos llegar a imitar sus virtudes.

La oración debe ser nuestro principal recurso para salir adelante de los manos momentos, porque cuando las cosas se salen de nuestro alcance es el tiempo de dejar que Dios actúe porque Él todo lo puede; y para agradecer los buenos y bellos momentos familiares.

CUARTO. Busca siempre el bien de todos.

Que en nuestra mente y en nuestro corazón siempre esté el propósito de ayudar a todos, de buscar siempre el bien y de tratar de lograr que todos estén lo mejor posible.

Las mamás también debemos conocer a nuestros hijos para saber qué debemos hacer y cómo debemos actuar con cada uno de ellos.

Una vez una amiga me dijo que la justicia no es dar a cada uno lo que es suyo, sino que es dar a cada uno lo que Dios le quiere dar, por lo mismo debemos buscar ser justas, al estilo divino y pensar que es lo que Dios quiere para cada uno de los miembros de nuestra familia, buscando ser instrumentos del Amor de Dios.

Si así actuamos, haremos todo para que nuestros hijos estén siempre bien conforme a lo que Dios quiere para ellos, sin importar que de pronto haya que corregirlos, porque todo lo haremos con justicia pues lo haremos con el Amor que Dios les tiene a cada uno.

Y QUINTO. ¡Cuidado! Que tu amor no los asfixie.

Es muy fácil que de pronto, por amor, tratemos de sobreprotegerlos y de tratar que nada malo les pase, sin darnos cuenta de que esto les puede asfixiar o evitar aprendizajes necesarios en para la vida.

Si es necesario estar al pendiente de que estén bien física, emocional y espiritualmente, pero debemos regularnos con la medida del Amor de Dios y tratar de medir nuestras expresiones de amor para con ellos.

Cuidado con apenar a nuestros hijos, de ponerlos en ridículo, de buscar que ni una mosca los toque, porque eso no es amor de mamá, eso es amor propio y orgullo de decir que neutros hijos son perfectos, debemos buscar que vayan aprendiendo de la vida y tomando las mejores decisiones, dándoles los consejos que vayan necesitando y sobre todo, cobijándolos con nuestro amor, que implica comprensión y ternura pero también disciplina y acompañamiento.

En una palabra, debemos estar dispuestas a darles en todo momento amor de mamá.

Feliz día de las madres. Que algún día podamos ser mamás a ejemplo de la Santísima Virgen María.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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