En un divorcio pierden todos: el marido, la esposa, los hijos. Es una experiencia devastadora, independientemente si es lo mejor para la familia.
Una vez tomada la decisión por parte de los padres, estos deben de apoyar a sus hijos para transitar por el proceso y vivir las circunstancias de la mejor manera posible. Estoy convencida de que si lo logran, marcará una gran diferencia en sus vidas.
Dejar a un lado los egos y resentimientos, tener una buena disposición y una actitud madura será algo que te agradecerán siempre tus hijos si has llegado a la difícil decisión de divorciarte.
Hoy quiero compartir contigo que NO hacer y que SÍ hacer por el bien de tus hijos:
– No los uses como mensajeros: los niños y jóvenes experimentan angustia y miedo cuando se les impone la función de enviar mensajes entre sus padres.
– No los pongas en una paradoja: hablando mal del otro, quejándote de lo que hace o deja de hacer, poniéndolos en un dilema constante.
– No formes alianzas con uno de ellos: en contra de tu excónyuge para lanzar críticas, burlas o juicios a sus espaldas.
– No los conviertas en tus amigos o confidentes, podemos estar cerca de ellos, pero son nuestros hijos, busquemos mejor adultos cercanos a nosotros.
– No los conviertas en aves de mal agüero: haciéndolos que sean ellos los portadores de las malas noticias.
– No los hagas testificar contra su padre/madre.
Por el bien de tus hijos:
– Haz que el divorcio no sea igual a abandono: la separación es entre los esposos, nunca de los hijos.
– Cúmpleles todo lo que digas y prometes.
– Ten cuidado con la culpa/compensación y mantén en tu hogar una disciplina con reglas claras y firmes. No te culpes por lo que sucedió, lo hecho, hecho está.
– Sé impecable con tus palabras: cuida mucho al decir cómo te sientes, no hables en negativo de tu excónyugue frente a tus hijos o familiares. Aunque ya no estén juntos, sigue siendo su papá o mamá.
– ¿Con quién deben vivir?: no lo pueden decidir los niños, Se deben tomar en cuenta todos los factores alrededor de las circunstancias familiares, decidir lo mejor para ellos,
– ¡Sé feliz!: por el bien de tus hijos, busca la felicidad en tu vida.
El divorcio es el cambio radical, la ruptura de muchos sueños presentes y futuros. Pero también es una nueva perspectiva de vida, un nuevo camino de posibilidades y resurgimiento.
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