Luego de la pandemia de COVID-19, que inició en marzo de 2020, el uso de celulares, videojuegos, computadoras, tabletas y pantallas de todo tipo se intensificó y de acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha habido un aumento en los problemas y repercusiones visuales.
“Hemos atendido bastantes estudiantes de todos los niveles académicos, que han tenido repercusiones y que han mencionado que se cansan bastante y que ya no toleran una clase completa viendo al monitor”, comentó Reyna Citalán Zúñiga, académica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de León a Gaceta UNAM.
Citalán Zúñiga explicó que debido al uso excesivo de los aparatos electrónicos, se han encontrado muchas afectaciones en la superficie del lagrimal, que es la película líquida que ayuda a que el ojo se mantenga hidratado, lo que causa irritación, ojos secos y alegias, entre otras posibles reacciones.
Además, la académica de la UNAM señaló que el uso de pantallas se ha vuelto tan intenso, que niños de hasta cinco años ya presentan problemas en los ojos, tales como comezón, ojos rojos, ardor, visión borrosa o dificultad para ver. Entre los daños más intensos, esta el dolor de cabeza, molesta al ver la luz y problemas al ver a distancia.
Reyna Citalán detalló que cuando se presentan los últimos síntomas, es necesario que los pacientes acudan con un especialista, pues debe atenderse ese pronlema. “Ellos determinarán cuánto y cómo ve el paciente”, explicó la experta y recalcó que, a esos síntomas se le agregan miopías, astigmatismo y otras afecciones ópticas.
Entre algunas medidas para cuidar los ojos, esta la regla “20x20x20”, que establece en que cuando se este utilizando un aparato electrónico se descanse la vista cada 20 minuros y se fije la mirada en un punto que se ubique a 20 pies o seis metros por 20 segundos. Es importante que una comoutadora esta a 50 centímetros de los ojos y una televisión mínimo a un metro.
Finalmente, la especialista recalcó que el globo ocular deja de crecer a los 21 años y mientras en la etapa escolar, es vital que se monitoree la vista y se hagan exámenes por lo menos cada año, que se verifique la graducación de los lentes, entre otras revisiones.
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