“Cuando alguien es bautizado, tienes que pagar… cuando alguien muere, tienes que pagar” , dijo Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas.
El pasado lunes 26 de noviembre, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, quien ya ha tenido conflictos con la Iglesia Católica, llamó a los obispos y sacerdotes “idiotas”, además de calificar las creencias católicas como “arcaicas”, asegurando que es “una fe de hace 3000 años”.
Durante una ceremonia realizada en Davao, Filipinas, Rodrigo Duterte invitó a la población a construir una capilla en su propia casa y rezar ahí, para evitar ir a las iglesias a pagar a “idiotas”, refiriéndose a los obispos.
“¿Qué saben ellos sobre el mundo de hoy?”, fue la pregunta que hizo Duterte, reforzando su postura en la que asegura que la Iglesia Católica es una fe arcaica. Cabe señalar que en Filipinas, el 85% de sus habitantes se declara católicos.
Sin embargo, no es la primera vez que Duterte insulta a la Iglesia Católica y directamente a Dios, ya que asegura que no cree en un Dios que “cobra dinero” y es un “estúpido”.
Por ejemplo, en la inauguración de la Cumbre Nacional de Tecnologías de Información y Comunicación 2018, Rodrigo Duterte criticó a Dios llamándolo “estúpido” al permitir, según el presidente, que Adán y Eva cayeran en la tentación y así se originara el pecado original.
Durante un encuentro de líderes empresariales en agosto pasado, Duterte señaló a la Iglesia católica como “hipócrita” y expresó que quería “darle una patada” a algún obispo si lo encontrara en dicho encuentro.
Otra fuerte confrontación ocurrió en febrero de 2017, cuando ante la crítica por parte del Episcopado Filipino, por la sangrienta guerra contra las drogas que ha caracterizado el gobierno de Duterte, el presidente filipino les respondió llamando a los obispos “hijos de puta”.
Por otra parte, el sacerdote Amado Picardal, quien ha documentado ejecuciones extrajudiciales de las que, presuntamente, ha sido responsable Rodrigo Duterte; además de ser un crítico de los métodos en la “guerra contra las drogas”, ha declarado que en diversas ocasiones ha tenido que esconderse y refugiarse en “un lugar seguro”, debido a amenazas que ha recibido a causa de sus críticas contra el presidente.
Representantes del presidente han indicado que sus declaraciones y faltas de respeto a la Iglesia son debidas a supuestos abusos que sufrió cuando estudiaba en una escuela católica.
Harry Roque, portavoz del presidente, dijo “somos libres de creer en la religión, y también somos libres de no creer en la religión”, asegurando que Duterte tiene sus “creencias espirituales personales”.
Con información de Agencias y Aciprensa
