Organismos mundiales han alertado acerca del estrepitoso aumento de casos de cólera identificados en distintas zonas de África, los que se deben en gran medida a los fenómenos meteorológicos extremos, los conflictos armados, la deficiencia de agua y saneamiento y los sistemas de salud débiles que existen en 11 naciones.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) explicó que en 11 países de África se han registrado 67 mil 822 casos y mil 788 muertes, pero esas cifras podrían ser mucho peores, pues aunque los sistemas de salud pretenden dar seguimiento a los registros, existen muchas limitaciones que no permiten llevar conteos exactos.
Unicef destacó que Malawi y Mozambique son dos de los países con el número de contagios más alto, y en conjunto, hay 5.4 millones de personas que urgen de ayuda, de ellos 2.8 millones son niños, niñas y jóvenes. Ante la situación, el organismo ha tratado de proveer jabón, soluciones de rehidratación oral, agua potable, entre otros apoyos.
En esas regiones, los últimos meses han azotado tormentas tropicales como Ana y Gombe, las que causaron inundaciones y desplazamientos. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que hay 22 países luchando contra brotes de cólera en todo el mundo, cifra que no ha parado de aumentar.
“El agua y el saneamiento deficientes, los fenómenos meteorológicos extremos, los conflictos en curso y los sistemas de salud débiles están agravando y poniendo en peligro la vida de los niños y niñas en todo el sur de África”, comentó Lieke Van de Wiel, directora regional adjunta de Unicef, y subrayó que no se pensó que podría haber un brote letal.
Cólera, enfermedad totalmente prevenible
Unicef explicó que el cólera es una infección intestinal que es provocada por ingerir alimentos o agua contaminados por la bacteria Vibrio Cholerae. “Cada año se producen hasta 4 millones de casos de cólera en el mundo y alrededor de 143 mil muertes”, estimó la organización y recalcó que los menores de cinco años son las mayores víctimas.
Además, la organización recalcó que el cólera es una enfermedad totalmente prevenible y fácilmente tratable; sin embargo, su contagio está estrechamente relacionado con la falta de acceso a agua potable y saneamiento y los menores que viven en tugurios urbanos y campamentos para desplazados pueden ser especialmente vulnerables.
Los menores que llegan a desarrollar síntomas, por lo general tienen molestias leves, pero si no se trata adecuadamente, la enfermedad puede ser mortal en cuestión de horas. Luego de alimentarse con comida o bebida contaminada, los síntomas aparecen entre las 12 y los siguientes cinco días y permanecen en el cuerpo hasta 10 días.
“Esta es una grave crisis de cólera, y todas las señales apuntan a que empeorará mucho antes de mejorar”, comentó Van de Wiel e hizo un llamado a que se haga una inversión urgente en la organización, tanto de la comunidad mundial, como de la sociedad, para que se pueda responder a los brotes, favorecer sistemas y enviar ayuda.
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