Marko Cortés tiene la oportunidad de demostrar el cambio dentro del PAN
El flamante presidente nacional del PAN, Marko Cortés, dentro de su campaña insistió en varios temas fundamentales, uno de los cuales fue deslindarse de cualquier grupo del poder en este partido, el de Ricardo Anaya incluyendo al exgobernador Rafael Moreno Valle, por un lado, y de los gobernadores que lo han apoyado.
Pero muchas personas, dentro y fuera del panismo, insisten en que es parte y continuación del anayismo, o que los gobernadores que lo apoyaron le cobrarán la factura, como se dice en política. Marko tiene que demostrar lo contrario; así funciona la política.
Pero sobre todo en relación al anayismo, los chismes decían que tenía especial compromiso con Rafael Moreno Valle, quien salió de la contienda por la presidencia del PAN, cuando la fórmula Héctor Larios-Rafael Moreno Valle se deshizo, para incorporar a Larios como compañero de Marko como secretario general. Este cambio dejaba al poderoso, política y financieramente hablando, Moreno Valle, sin poder especial en el nuevo CEN (ahora forma parte del CEN anayista).
Los chismes indicaban que, a cambio de bajarse de la fórmula con Larios, Marko estaría comprometido a nombrar, como es su facultad, a Moreno Valle como coordinador del grupo parlamentario panista en el Senado, en sustitución de Damián Zepeda (quien llegó allí con trampas al cargo).
Este posible nombramiento de coordinador a Moreno Valle, le daría una posición de poder, que podría explotar para imponerse en candidato presidencial en 2014, o inclusive como presidente del CEN panista en 2021. Y esto disgusta a muchos panistas, para quienes Rafael no les es de su agrado, y a quien acusan de ser un priista con credencial de militante panista, y que nunca ha demostrado ser fiel a la doctrina de Acción Nacional. La mala imagen de RMV, en unas horas, quemó la planilla de Héctor, pues a él lo veían bien y muy mal a Moreno Valle. Pudo más el rechazo que la simpatía que tiene Rafael también entre el panismo.
Si Marko nombrara a Moreno Valle como coordinador en el Senado, enviaría un pésimo mensaje político, pues se le volvería a señalar como servidor de Moreno Valle, visto entonces como el poder detrás del trono. Y de esta mancha no se podría salvar Marko, de la tacha de ser súbdito de Moreno Valle. Perdería toda autoridad moral, un lujo que no puede darse. Se le consideraría, como le dijeron en el proceso electoral, con el grave epítome de pelele de Rafael Moreno Valle.
No se trata de simpatías o antipatías hacia Moreno Valle, da lo mismo. Se trata de que Marko no tome una decisión que le haría parecer como electo legal pero ilegítimamente, pagando facturas. Marko debe aprovechar esta oportunidad para no llegar a perder cara justo al principio de su mandato como presidente del CEN del PAN, evitando ese nombramiento “anunciado” en la chismería política del país.
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