Se había desestimado el caso en 1993, pero fue reabierto en 2017 tras revocarse ley de amnistía.
Tribunales de El Salvador han girado orden de captura en contra del presunto agresor del obispo Óscar Arnulfo Romero, quien fuera asesinado en 1980 mientras celebraba la Santa Misa en la capilla de un hospital.
El Juzgado Cuarto de Instrucción del país centroamericano dictó la orden en contra de Álvaro Rafael Saravia, un exoficial del ejército quien al momento contaría con 78 años de edad.
En 1993, el caso de Saravia se desestimó; en virtud de la entrada en vigor de una ley de amnistía que detuvieron los juicios penales relacionados con la guerra civil salvadoreña.
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No obstante, tras revocarse la ley de amnistía señalada, el proceso por homicidio agravado se reabrió por el juez Roberto Chicas en 2017. Cabe señalar que nadie más fue llevado a juicio por el asesinato del arzobispo de San Salvador, monseñor Romero y Galdámez.
Ahora la Policía Nacional Civil y la Policía Internacional conocida como Interpol, se abocarán a la localización y captura del presunto responsable del ataque al prelado, Álvaro Saravia.
Con olor a oveja
El arzobispo Óscar Romero fue conocido como el “obispo de los pobres”, por su preocupación por éstos; además fue una voz que pedía la paz y que se parara la represión contra el pueblo de El Salvador. En su devoción por la justicia tuvo gran impacto el asesinato del sacerdote Rutilio Grande, su amigo, a manos de la guerrilla.
Sus homilías dominicales eran un referente obligado para los salvadoreños en esta época de violencia por parte de las guerrillas marxistas y la represión gubernamental. El 23 de marzo de 1980, expresó la frase que lo que pudo ser el fiel de la balanza en la decisión de terminar con su vida: “En nombre de Dios y de este pueblo sufrido… les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión”.
Al siguiente día, el 24 de marzo celebraba la Santa Misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia y mientras preparaba el altar para la liturgia eucarística recibió un impacto de arma de fuego, a lo consecuencia del cual falleció.
El papa san Juan Pablo II durante una visita pastoral a El Salvador rezó ante la tumba de monseñor Romero.
El “obispo de los pobres” fue beatificado en San Salvador el 23 de mayo de 2015 y canonizado el 14 de octubre del este año en la Basílica de San Pedro en El Vaticano.
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