De acuerdo con Patricia Loranca Moreno, de la Clínica de Peri-postmenopausia y metabolismo óseo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la depresión invernal o el trastorno afectivo estacional afecta más a las mujeres, quienes desarrollan sentimientos negativos en fiestas decembrinas.
Loranca Moreno destacó que tres de cada diez mujeres que ya tienen depresión sufren más crisis y episodios en invierno, pues hay menos luz, hace más frío y sienten mucha nostalgia. “La depresión tiene también origen en causas ambientales, como las temperaturas bajas y la falta de luz natural, que disminuyen la producción de serotonina”.
La depresión y depresión invernal son diferentes, pues la segunda es causada, en su mayoría, por la falta de luz solar, el frío y, en general, una serie de cambios climáticos que surgen en invierno, lo que hace que los niveles de serotonina en el cuerpo y los que produce el cerebro disminuyan.
La serotonina es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y, cuando escasea, se presentan síntomas como apatía, tristeza, sentimientos desoladores, pesimismo, irritación, pérdida de interés en actividades que antes gustaban, insomnio o dormir de más, pensamientos suicidas, aumento o pérdida de peso y perspectiva sombría.
“La depresión es una enfermedad más frecuente en mujeres, debido a los cambios hormonales que influyen sobre sus emociones en todas las etapas de su vida”, comentó Patricia Loranca y subrayó que, en el periodo menstrual, en el embarazo, la premenopausia y la postmenopausia aumentan los cambios hormonales.
Aunque es normal que algunos días nos sintamos tristes, desganados o enojados, la experta recomendó que cuando esos sentimientos se prolonguen es necesario acudir al médico, para que pueda medir los síntomas y determinar si es depresión invernal o si es un padecimiento permanente y que requierá mayores medidas.
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