La Iglesia chilena está viviendo un fuerte proceso para eliminar la pederastia dentro de sus filas
A través de un comunicado oficial emitido el sábado 13 de octubre, el Vaticano anunció que los obispos Francisco José Cox Hunneus, arzobispo emérito de La Serena, y Marco Antonio Órdenes Fernández, emérito de Iquique, fueron expulsados de su condición de sacerdote, sanción máxima que puede aplicar la Iglesia católica a sus pastores.
El Papa Francisco ha tomado esta medida como parte de su política de cero tolerancia en el caso de abusos sexuales dentro de la Iglesia.
“Consecuencia de actos manifiestos de abusos a menores”, señala el comunicado vaticano, ambos obispos fueron expulsados de su estado clerical, decisión que “no admite recurso”. La disposición fue tomada por el papa el pasado 11 de octubre y los obispos eméritos ya fueron notificados por sus superiores.
El obispo Cox, de 85 años, vive en la casa de la Congregación de Schoenstatt en Alemania desde hace 16 años, donde cumple la sentencia canónica de permanecer “en oración y penitencia” por pederastia. Al respecto la congregación señaló que harán lo posible para facilitar el regreso del obispo emérito a Chile, quien presenta signos de “demencia senil”.
En cuanto al obispo Marco Antonio, obispo de Iquique de 2006 a 2012, tuvo que renunciar a su obispado ante las denuncias de abuso sexual a un menor.
Cabe señalar que la Iglesia chilena ha vivido un fuerte proceso para erradicar la pederastia dentro de sus filas; el 15 de mayo pasado los 34 obispos de la Conferencia Episcopal chilena presentaron en bloque su renuncia al Papa Francisco, para que él determinara caso por caso la situación de cada obispo.
Además, el pasado 18 de septiembre el Papa también expulsó de su sacerdocio al religioso chileno Fernando Karadima, quien representara uno de los casos más graves de pederastia en Chile.
La Santa Sede ha dejado claro que el Papa Francisco está empeñado en una limpieza profunda de casos de abuso sexual en la Iglesia de Chile.
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