De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) la sequía que ha afectado a 29.1 millones de personas en Etiopía, Kenia, Somalia, entre otras regiones, ha ocasionado que aumenten los índices de matrimonio infantil, pues los pobladores buscan cualquier alternativa para luchar contra la desnutrición.
El organismo explicó que a parte de que gran parte de África vive la peor sequía de los últimos 40 años, la crisis mundial que dejó la pandemia de COVID-19 también ha golpeado la estabilidad económica de todos esos países y, por si no fuera poco, la guerra entre Ucrania y Rusia también repercute en los países de África Oriental.
Datos de Save the Children indican que en África Occidental y Central se registran las tasas más altas de matrimonios infantiles. Se estima que al año, cerca de 12 millones de niñas en el mundo contraen matrimonio, de ellas, cerca de dos millones son menores de 15 años.
Además, las niñas que viven en zonas de conflictos armados tienen 20 por ciento más probabilidades de ser forzadas a casarse que las que viven en países sin guerra. Se calcula que una de cada cinco niñas (casi 90 millones de pequeñas) viven en países en guerra.
Unicef explicó que el aumento de los matrimonios infantiles forzados a cambio de alimento es una realidad y puso como ejemplo la historia de Amira de 12 años, quien fue pactada en secreto por su tío para casarse con un hombre de 70 años a cambio de un pequeño grupo de vacas. El hombre de 70 años es amigo cercano de la familia.
“Es rico y tiene vacas”, comentó Amira respecto al que iba a ser su próximo esposo, hasta que fue rescatada y ahora vive en un centro infantil de Unicef. La familia de Amira es de escasos recursos y su situación empeoró cuando la mitad de las vacas de su padre murieron como consecuencia de la sequía, ni siquiera tenían leche para tomar.
“Estamos apoyando al gobierno para proteger a las niñas rescatadas del matrimonio, garantizando su permanencia en la escuela”, comentó Unicef y recalcó que trabajan para que los pobladores sepan que hay más alternativas y otras ayudas, que no sean casar a las niñas por un poco de alimento o unos cuantos animales.
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