Seguramente has escuchado este pensamiento: “Un viaje de mil millas empieza con el primer paso”. Cualquier gran proyecto se compone de pequeños logros diarios que, uno tras otro, marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Cometemos el error de iniciar corriendo hacia nuestro objetivo, para después abandonarlo al primer contratiempo, o incluso sin que haya ninguno. El mantenernos motivados a lo largo del tiempo es un gran reto para aquellos que quieren alcanzar una meta.
Acostumbrados a la inmediatez, el solo hecho de que los resultados se hagan esperar contribuye al abandono. Queremos que todo sea rápido y con poco esfuerzo.
¿Cuántos libros se dejan de escribir a las pocas páginas? ¿Cuántas clases de universidad, cursos online, suscripciones a gimnasios están llenas en los meses de enero y septiembre, y después empiezan a vaciarse?
En la filosofía de un paso firme cada día, resistir es ganar. Aquel que mantiene su objetivo y va sumando un pequeño esfuerzo diario, incluso los días que invitan a no hacer nada, conseguirá casi todo lo que se proponga.
Esto no quiere decir que no encontraremos obstáculos. Te menciono algunos de ellos:
- Pereza: tienen numerosas causas, entre ellas la ausencia de novedad, cuando ya hemos demostrado que somos capaces de empezar. Cuidado con la falta de sueño y una alimentación pesada, ya que pueden influir a que tus propósitos no se cumplan por la flojera de seguirlos.
- Dispersión: la sobredosis de estímulos, muy especialmente a través de las redes sociales, es algo que acaba destrozando los planes más firmes. Estas plataformas nos distraen muchísimo, y agota nuestra capacidad de atención al estar moviéndonos de una red a otra.
- Dudas: cuando empezamos a preguntarnos si hemos tomado el camino correcto o si no habrá otro mejor, nuestro paso se vuelve más lento y pesado. Se vale dudar, e incluso cambiar de camino, pero una vez que ya decidiste hacer algo, no lo dudes y sigue adelante.
- Temperamento emocional: nos dejamos llevar por nuestras emociones y fácilmente abandonamos lo emprendido.
- Perseverancia: es la virtud que nos permitirá seguir avanzando a pesar de los obstáculos a los que nos enfrentemos. Para lograrlo tienen que unirse dos factores muy importantes: el primero de ello es tener muy claro mi ideal: hacia donde quiero llegar, y el segundo es seguir caminando día a día para lograrlo.
Podemos tener grandes ideales y nunca lograrlos, o bien caer en un activismo, de ir por la vida sin objetivos claros.
Comparto contigo algunos pensamientos que pueden ayudarte para saber la diferencia entre el éxito y el fracaso:
- Proyecta lo difícil partiendo de donde aún es fácil
- Realiza lo grande partiendo de donde aún es pequeño.
- Todo lo difícil comienza siempre fácil.
Todo lo grande comienza siempre pequeño.
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