El rubro de la publicidad oficial es una prioridad para los gobiernos estatales, globalmente gastaron 3,748 millones más que lo que habían previsto en sus presupuestos. Ese excedente es mayor que el Fondo de Reconstrucción para las Entidades Federativas.
De conformidad con los resultados del Índice de Información del Ejercicio del Gasto (IIEG 2018) “el cumplimiento a los presupuestos de egresos de las entidades federativas es un acto de simulación y discrecionalidad”, informó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) organización que realizó el estudio.
“Las entidades subestiman sus ingresos, gastan más de lo presupuestado y se endeudan por arriba de lo planeado”, se señaló en la presentación de resultados del IIEG 2018.
En dicha presentación intervinieron Juan Pardinas, director general del IMCO; Manuel Guadarrama, coordinador del Área de Finanzas Pública; Carolina García y Diego Díaz, investigadores del Área de Finanzas Públicas, todos del propio Instituto.
El IIEG 2018 mide el nivel de cumplimiento de las entidades federativas de la Ley General de Contabilidad Gubernamental. En el análisis ninguna entidad logró un 100% de apego a dicha Ley, y el cumplimiento promedio fue del 59%.
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Cabe destacar que el estado de Puebla muestra un alto nivel de cumplimiento, 96%; en tanto que Nayarit arrojó un sistemático incumplimiento a la ley, obteniendo sólo el 15% de observancia a sus obligaciones legales en la materia de la Ley, ya que de 72 documentos tomados en cuenta para el estudio no publicó 51, reportando documentación sólo del tercer trimestre.
Otras entidades con buen desempeño fueron Campeche con 88% y Querétaro con 87%, en tanto que entre los de bajo desempeño se encuentran Michoacán con 32% y la Ciudad de México con 31%.
Ejercicio del gasto
Informar sobre el gasto y hacerlo correctamente no implica necesariamente que se utilicen los recursos públicos de manera adecuada. El análisis que brindó el IIEG 2018 ofrece diversos ámbitos en los que los estados ejercen el presupuesto de acuerdo a parámetros lejanos al bien de la población.
En general, los gobiernos locales recaudaron 319,753 millones de pesos por arriba de los que se había previsto, sin embargo, se especificó la forma en que se destinarán estos recursos extras no están regulados adecuadamente por lo que hay una ventana a la discrecionalidad. Lo que acarreó que globalmente se gastara 17% más de los que presupuestado por los estados.
Algunos de los rubros en los que diversas entidades federativas destinaron recursos generosamente fueron por ejemplo en gasolina, ámbito en el que en conjunto, se gastó 500 millones más de lo presupuestado, sólo Guerrero gastó el doble de lo previsto y Chihuahua el 196% de lo que gastó en protección ambiental.
Otro rubro de estas características es el de ceremonias oficiales, en el cual 26 estados superaron lo presupuestado. El Presupuesto consideraba 20,000 pesos a este rubro pero en realidad se gastó 134 millones, lo que equivale a una diferencia de 645.946% entre la norma y lo que ocurrió realmente. En total, los estados gastaron 2 103 millones de pesos en ceremonias oficiales.
También los costos de la publicidad oficial son muy altos, entre todas las entidades se presupuestaron 4 525 674, 712 pesos, pero se gastaron 8 273 389 617 pesos, es decir, un 83% más. Es una cantidad incluso mayor que el Fondo de Reconstrucción para Entidades Federativas que es de 2 500 millones.
En el caso de Puebla, durante tres años, mientras menos gasto presupuestaba más gastaba en publicidad. En 2015 fijó el gasto en 2 millones y ejercieron 18; en 2016 presupuestó 700 000 pesos y gastó 70 millones en tanto que en 2017 sólo previó 300 000 pesos; pero ejerció 91 millones.
Todo lo anterior refleja la nula participación de los congresos locales, si bien no tienen facultades de aprobar modificaciones a los presupuestos hechos por las secretarías de finanzas, tampoco emiten opiniones sobre los reportes de gastos, ni llaman a comparecer a las autoridades responsables.
Austeridad
Respecto del tema de austeridad, en la sesión de preguntas y respuestas, Juan Pardinas señaló que es bueno que el tema de la austeridad sea puesto en la mesa, y manifestó que existe un amplio margen para cambiar las prioridades, pero aclaró que hay gastos mucho más “obscenos” a considerar en la materia que los salarios, tales como los viáticos o las ceremonias públicas.
Por otro lado consideró que este clima que se describió en el análisis del IIEG es el “invernadero perfecto” para la corrupción ya que no basta con cambiar la ley, es importante; pero no suficiente. Indicó que sin un cambio institucional el caso de Javier Duarte será una anécdota o un punto en una sucesión de hechos.
Además opinó que es un error llevar la austeridad al tema de la seguridad pública, en vista de que la sinceridad con un tema se refleje en cuántos recursos se le asigna.
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