Diversos grupos pretenden ver el aborto como un derecho a conquistar para que sea un servicio médico accesible a todas las mujeres, sin pretender darse cuenta que lo que está en juego es una vida humana.
El problema de los embarazos no deseados es una cuestión muy existencial que siempre ha acompañado a muchas mujeres a lo largo de la historia. Una solución a tan complicada situación ha sido recurrir al aborto.
Históricamente la práctica abortiva ha sido reprobada social y legalmente dando lugar a que dicha práctica sea llevada de modo clandestino. Pero ahora en este primer cuarto del siglo XXI con buenos antecedentes desde los años 70´s del siglo pasado, han aparecido diversos grupos que se manifiestan a favor del aborto con el objetivo de dar un giro copernicano a las leyes a favor de un aborto legal, seguro y gratuito.
Estos grupos señalan que la dictadura de los conservadores anti-abortistas anulan un derecho legítimo de toda mujer a decidir sobre su cuerpo y sobre el número de hijos que solamente ella puede determinar, pues ella es quien los gesta.
Bajo esta mentalidad tales grupos se lanzan a la acción social para conquistar un derecho que debe ser reconocido por las leyes, despenalizando la práctica abortiva y volviéndola un servicio médico para toda mujer que lo desee, ya que a nadie se le obliga a abortar.
Uno de los grandes argumentos invocados por estos grupos es la gran mortandad maternal como consecuencia de abortos clandestinos. Así pues, aquellos que son opositores al aborto no solamente están quebrantando un derecho legítimo de la mujer, sino que contribuyen a la mortandad femenina al impedir el acceso a un aborto seguro para la mujer.
Si usted amable lector no está de acuerdo con lo escrito en los tres últimos párrafos, automáticamente usted no reconoce un derecho legítimo de la mujer con embarazo no deseado y usted es un criminal al hacer caso omiso de las mujeres muertas en abortos clandestinos.
Es interesante señalar que los argumentos esgrimidos por estos grupos pro-aborto asumen como supuesto que el producto de la concepción que se gesta en la mujer, lógicamente embarazada, queda infravalorado del siguiente modo:
1. No es una persona con derecho a nacer. Es decir, es visto no como un alguien a como lo es la mujer embarazada, sino como un algo a expulsar del cuerpo de la mujer, a como se retira el apéndice o se extrae una pieza dental.
2. Si es una persona con derecho a nacer, su derecho queda anulado por el derecho de la mujer a decidir a no continuar el embarazo.
3. La vida del producto en gestación humana está totalmente desprotegida porque el derecho a abortar implica necesariamente su muerte.
4. La vida del producto en gestación se encuentra en potencial riesgo porque de una semana a otra su madre puede no desear continuar con su embarazo.
5. Ligado a lo anterior, la vida del producto de la gestación en un esquema jurídico pro-aborto no tiene defensa alguna hasta que nace, porque al momento de nacer ya es considerado como una persona quien es titular de derechos.
6. Si la ciencia médica considera al producto de la gestación humana como un paciente que debe ser atendido durante todo su desarrollo intrauterino, ahora con la mentalidad pro-aborto tal deber queda destruido.
7. Si los grupos pro-abortistas enfatizan que no se puede obligar a una mujer a continuar un embarazo que no desea, entonces al producto de la gestación se le obliga a morir en razón de que no puede defenderse.
8. Si un Estado de Derecho tiene el deber de velar por la vida e integridad física de sus habitantes mediante leyes protectoras, ahora con el slogan: aborto legal, seguro y gratuito; la decisión privada de la mujer embarazada está por encima de aquellas leyes. Es en la vida embrional y fetal donde la decisión particular tiene más valor que leyes públicas que protegen la vida y la integridad física de la vida humana. Este último punto es muy interesante, en un contexto jurídico a favor del aborto, aunque la mujer no decida por éste, esto no quita el hecho de que tal decisión está por encima de las leyes protectoras de la vida humana, prueba de lo anterior es que esa misma mujer puede cambiar libremente su decisión por el aborto sin problema alguno.
Se podría concluir escribiendo que el aborto legal, seguro y gratuito se traduce necesariamente en la muerte humana ya sea embrional o fetal de modo institucionalizado con condiciones de menor riesgo para la vida de la mujer que aborta. Y solventándose todo por los impuestos de los ciudadanos.
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