El Papa Francisco señaló que este acuerdo histórico entre la Santa Sede y China es el resultado de muchos y arduos años de trabajo.
El Estado Vaticano y China han firmado un acuerdo provisional, a través del cual la Iglesia católica reconoce a ocho obispos chinos, uno de ellos ya fallecido, nombrados por el gobierno chino y que hasta ahora no eran admitidos “de forma oficial” por la Santa Sede.
Dicho acuerdo fue firmado en una reunión en Pekín por el subsecretario de Relaciones de la Santa Sede con los Estados, Antoine Camilleri, y el viceministro de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, Wang Chao.
El director de la oficina de prensa vaticana, Greg Burke, definió el pacto como muy significativo, porque “no es el final del proceso”, sino “el inicio” de un camino hacia la futura normalización de las delicadas relaciones bilaterales, ya que con este pacto, los católicos en China podrán “tener obispos que estén en comunión con Roma” y “al mismo tiempo reconocidos por las autoridades chinas”.
Los lazos diplomáticos entre China y el Vaticano son oficialmente inexistentes desde 1951 por la excomunión por parte del Papa Pío XII a dos obispos designados por Pekín, a lo que las autoridades chinas respondieron con la expulsión del nuncio apostólico y la conformación de la Iglesia Patriótica Católica desde 1957.
Cabe señalar que el acuerdo tiene como uno de sus principales críticos al obispo emérito de Hong Kong, cardenal Joseph Zen Ze-kiun, quien dijo en enero de este año que “el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China”. El purpurado también cuestionaba el levantamiento de la excomunión a siete obispos ordenados sin mandato pontificio.
Al respecto, el papa Francisco habló del acuerdo entre la Santa Sede y China durante la rueda de prensa que ofreció en el viaje de retorno de su visita a los países Bálticos. Ahí señaló que él es el último responsable del acuerdo provisional para el reconocimiento de los obispos chinos.
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Explicó que el acuerdo provisional ha sido el resultado de “un proceso de años” en el que han colaborado personas como monseñor Claudio María Celli, el padre Rota Graziosi y el secretario de estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.
“El acuerdo lo he firmado yo. Al menos las cartas plenipotenciarias para firmar ese acuerdo que yo he firmado. Yo soy el responsable. Los otros que he nombrado en todo han trabajado por más de diez años. No es una improvisación, sino que es un camino, un verdadero camino”, explicó el pontífice.
Destacó que “cuando se hace un acuerdo de paz o una negociación, las dos partes pierden algo. Esta es la ley. Las dos partes, y se sigue adelante. Y esto ha seguido adelante. Dos pasos adelante, uno atrás, dos adelante, uno atrás. Luego han pasado los meses sin hablarnos y luego llegó el tiempo de hablar, que parece al tiempo chino, lentamente. Esta es sabiduría, la sabiduría de los chinos”.
Al referirse a los católicos en China que han padecido una fuerte persecución durante muchos años, el papa Francisco dijo: “Pienso en la resistencia, en los católicos que han sufrido. Es cierto, y ellos sufrirán. Siempre en un acuerdo hay sufrimiento, pero ellos tienen una gran fe, y ellos escriben, hacen llegar los mensajes. Lo que dice la Santa Sede, lo que dice Pedro es para ellos lo que dice Jesús. Si la fe martirial de esta gente hoy sigue adelante, ¡son grandes!”.