La pobreza siempre tendrá presencia en la humanidad. No la desterraremos nunca. Esto no es pesimismo, es ir más a fondo en las múltiples caras de la pobreza y cada uno nos daremos cuenta de nuestras carencias y del modo como podemos convivir con ellas o resolverlas hasta cierto punto.
En un panorama amplio podemos clasificar la pobreza debida a nuestras limitaciones y la pobreza que nos viene de fuera.
Pobreza debida a nuestros límites:
Todas las personas tenemos unas habilidades naturales y generalmente la inclinación natural se manifiesta en la disposición de profundizar en ese aspecto, en conocer más del tema, en aplicarlo. Como aquello es fácil de comprender, las personas disfrutan estudiándolo más para llegar a ser expertos en el asunto.
A la vez hay otros temas más difíciles de entender y, por ese motivo, los evadimos, nos resultan difíciles y les restamos importancia. Cuando éstos son vitales y no contamos con la ayuda necesaria para, al menos conocerlos básicamente, nos provocamos un estado de ignorancia cuyo efecto es equiparable a la pobreza.
Mucho peor es el caso de quienes tienen habilidades, pero no las desarrollan debido a vivir en un estatus de vida acomodado y no ven la necesidad de esforzarse. En estos casos los padres deben ser los primeros en detectar ese tipo de desviación y han de poner remedios inmediatos. De no hacerlo a tiempo, sufrirán las consecuencias en la adultez de los hijos que en el mejor de los casos serán buenos para nada, y en el peor se dedicarán a dilapidar lo que tienen o convivirán con supuestos amigos que los explotarán hasta dejarlos en la calle.
Pobreza provocada por otros:
Son variados los modos de hacerse ricos a costa de mantener en la pobreza a los demás.
El modo más frecuente es la ausencia de la debida educación. La educación familiar les compete a los padres y ninguna excusa es suficiente para dejar de vivirla. La educación escolar también les compete a los padres en cuanto a la elección de la escuela y al seguimiento de los contenidos, especialmente de aquellos relacionados con la moral.
La educación escolar requiere dedicación y adecuación de los temas para lograr la asimilación y aplicación de los dicentes. Fallar en este asunto resulta muy grave a nivel personal, regional y mundial.
Otro aspecto que incide en la pobreza es la falta de incentivos para facilitar las iniciativas laborales a nivel familiar, empresarial o internacional. En este campo se deben cuidar las condiciones laborales, el salario y todo tipo de capacitación. Fallar en cualquiera de estos aspectos provoca la pobreza.
Modos adecuados de resolver la pobreza:
Los modos de resolver los tipos de pobreza mencionados, se apoyan en la dimensión social de las personas.
En este tema la dimensión social se llama educación y sistema laboral.
Una educación fluida es aquella en la que se impulsa a desarrollar las aptitudes, a tener afán de llegar a ser experto, y a querer beneficiar a los demás que carecen de esas capacidades. Y los padres y madres han de estar pendientes de que se logren los avances prometidos.
Una educación más ardua es la de quienes ayudan a salir del ensimismamiento o de la pereza para superarse a no conformarse con lo mínimo y sacar provecho solamente personal, sino ayudar a los demás.
Pero aún más arduo es impulsar a adquirir conocimientos básicos para temas para los cuales hay poca disposición, pero al menos se deben conocer.
También es importante que los padres de familia con recursos, no piensen que con satisfacer las necesidades materiales de sus hijos están haciendo bien su cometido. Han de estimular el sentido de sociabilidad y explicar la deuda moral de quienes han recibido mucho y la importancia de compartir. No pueden cerrar los ojos a otras realidades.
Desde luego, quienes asumen el encargo de gobernar a los pueblos tienen la altísima responsabilidad de velar por la educación que capacite para el trabajo y en la justicia que ponga obstáculos a quienes extorsionan o se aprovechan de cualquier modo de los demás. Las condiciones laborales han de ser adecuadamente supervisadas. Aquí lo más grave es la producción de estupefacientes para asegurar demandantes, o la trata de personas para comerciar con seres humanos.
Ante cualquier tipo de mafias dedicadas a extorsionar, a amedrentar o a obligar a cooperar al mal, es imprescindible la cooperación ciudadana, para de inmediato formar una barrera inteligente que bloquee a los infractores. Además de exigir del gobierno su pronta acción en favor de la justicia y la pronta aplicación de las sanciones correctivas
Convivir con la pobreza:
El modo adecuado de convivir con la pobreza se basa en la sinceridad para reconocer nuestras limitaciones. Y a la vez, mostrar el agradecimiento a quienes nos subsidian en esos aspectos. Del mismo modo, se aceptan las capacidades y con ellas prestamos apoyo a quienes lo necesitan. Esta es una manera fina de vivir la ayuda mutua y de valorar las capacidades de los demás.
También es importante saber resistir en épocas de carencias irremediables que van a minimizar los recursos necesarios para vivir con cierta seguridad. Esto sucede cuando hay desastres naturales u otros provocados por accidentes. En esos períodos se aprende a vivir con lo mínimo indispensable, a la vez que se ponen los medios para superar esas temporadas.
Lo que nunca es adecuado es aceptar la pobreza provocada por quienes viven del enriquecimiento a costa de la vida o de los recursos ajenos. En este caso es indispensable combatir el ingenio de los malhechores con un ingenio superior que los neutralice, o mejor, que los reforme y les haga rectificar.
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