En el mes mundial de la alimentación, Uberto Salgado Nieto, del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que el valor de los productos alimenticios ha aumentado tanto que es de los más altos en los últimos 21 años y ha reducido la cantidad y calidad de esos insumos.
El experto indicó que aspectos como el regreso a la normalidad tras la pandemia de COVID-19 y las consecuencias de la guerra entre Rusia, uno de los principales exportadores de fertilizantes, y Ucrania, una de las naciones líderes en la producción de cereales, impactan en los costos de los insumos agroindustriales y con ello de la comida.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020 arrojó que aproximadamente el 20 por ciento de los hogares mexicanos tuvieron preocupación porque la comida no era suficiente para sus familias y el 12.7 por ciento de las familias se quedó sin alimentos debido a la falta de ingresos.
Salgado Nieto informó que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca del 3.7 por ciento de los mexicanos vive inseguridad alimentaria severa, pero si se añade la disminución de cantidad y calidad del alimento, la cifra aumenta a 26 por ciento de personas sin seguridad de alimento.
“Es decir, casi una cuarta parte de la población (33 millones de personas, en promedio) enfrenta algún nivel de inseguridad alimentaria por el aumento de precios en los víveres”, subrayó el experto de la máxima casa de estudios y aseveró que, a esa situación, se suman los niveles de desigualdad y pobreza que hay en México.
Respecto al Día Mundial de la Alimentación, que se celebró el 16 de octubre, el experto afirmó que, aunque 2020 se percibe, en general, como una época complicada por la pandemia y las complicaciones en movilidad que surgieron, 2022 es un momento difícil respecto a la seguridad alimentaria de México y el mundo.
El especialista detalló que, de acuerdo con la FAO, la producción mundial de alimentos es suficiente para terminar con el hambre; sin embargo, el problema es la distribución y el acceso a la comida, que no se logra por las condiciones de pobreza y desigualdad en la que viven millones en el mundo y que contribuye a la desnutrición.
“La alimentación es la base de cualquier sistema económico, porque es el insumo principal de la fuerza de trabajo, la cual mueve al sistema económico”, indicó el experto y concluyó destacando que es importante que las personas accedan a alimentación de calidad y sana, pues es un derecho humano fundamental que le corresponde a todos.
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