Me parece que casi todos los lectores han escuchado la melodía: “La Respuesta está en el Viento”, interpretada por el Trío Peter, Paul and Mary. Considero que pocos cantautores han compuesto canciones con contenidos de tanta profundidad y trascendencia como Bob Dylan. Esta canción la escribió realizando varias preguntas sobre temas vitales. Desde que escuche por vez primera -siendo muy joven- esta melodía me hizo reflexionar, sobre todo, en la parte donde dice: “¿Cuántas muertes has de presenciar / hasta que te persuadas / que todos los hombres habremos de morir?” Y aquella otra pregunta donde canta: “¿Cuántas veces has de mirar el firmamento / hasta que te convenzas que existe el Cielo?” Y es que este músico y poeta era un incansable buscador de caminos.
Pero en su adolescencia y primera juventud, por influencia de “La Generación Beat” de los años cincuenta, consumió drogas, alcohol en exceso y llevó una vida sexualmente desordenada. Posteriormente, este poeta se fue posicionando como un “cantante de protesta” que escribió canciones contra la Guerra de Vietnam, la discriminación racial, contra las posturas antinatalistas y muchas otras causas sociales.
Comenta que los dueños de las empresas que producen todo tipo de armas, durante las guerras, se convierten rápidamente en multimillonarios. En “Señores de la Guerra”, escribe en modo figurado: “Ellos toman mi vida / como si fuera su juguete / y ponen un arma de fuego en mis manos / y, luego, desaparecen de mi vista; / dan la vuelta y huyen muy lejos cuando vuelan las balas. / Déjenme preguntarles: / ¿ese dinero tan jugoso / les comprará el perdón, / cuando la muerte les pida cuentas?”.
También denuncia la crisis de valores que vive Estados Unidos; esos sectores que viven en extrema pobreza sin que se proponga una solución constructiva ni del gobierno ni de la sociedad civil porque se mantienen en completa indiferencia; la educación belicista que se enseña en las escuelas; los peligros de una posible guerra nuclear; los juicios injustos que ocurren en algunos tribunales de justicia; las políticas demográficas antinatalistas que conducían a las mujeres a abortar y a reducir el número de hijos. Escribe con acierto en “Maestros de la Guerra”: “Ustedes han sembrado el peor de los miedos / que jamás se haya lanzado; / el miedo de traer niños al mundo. / Han amenazado a mi bebé, / cuando todavía no ha nacido / y ni siquiera tiene un nombre. / Y es porque ustedes no valoran / la sangre que corre por sus venas”.
Ante una sociedad inmersa en el materialismo y consumismo, plantea un agudo cuestionamiento para algunos que prefieren que no se hable de la muerte ni del dolor ni de las enfermedades y donde se rechaza toda visión trascendente de la persona humana. El poeta Dylan tuvo una gran influencia en los músicos contemporáneos y, en general, en la juventud de su tiempo. Prácticamente se convirtió en el ideólogo de generaciones enteras.
El 28 de agosto de 1963, en Washington, el célebre líder Dr. Martin Luther King Jr. fue acompañado por una enorme multitud, no sólo por personas afroamericanas sino también por ciudadanos blancos de todas las condiciones sociales, que se oponían firmemente a la discriminación racial. Fueron hasta el Monumento a Abraham Lincoln y, desde las escalinatas, Luther King pronunció aquel inolvidable discurso “Yo tengo un Sueño” -que considero una pieza magistral de oratoria- en el que, con vehemencia, planteaba al gobierno que se pusiera fin a la discriminación racial. Al concluir, Luther King fue ovacionado largamente.
Luego, Bob Dylan y Joan Báez -cantante, también- interpretaron la conocida melodía de Dylan “La Respuesta está en el Viento” que fue muy aplaudida, sobre todo cuando cantaron: “¿Cuántos años ha de vivir esa gente (los afroamericanos) / hasta que se les permita vivir libres?” y, también, en esa otra parte que dice: “¿Cuántas veces has de eludir tu mirada / fingiendo que no has visto nada?”, refiriéndose, entre otros temas, a la injusta discriminación racial. A partir de entonces, esta melodía se convirtió en el himno de ese movimiento sociopolítico.
Poco tiempo después, el 2 de julio de 1964, el Presidente Lyndon B. Johnson accedió a la demanda de Martin Luther King Jr. y promulgó la “Ley de los Derechos Civiles” en la que se prohibía la segregación racial de los afroamericanos en las escuelas, en los espacios públicos y que se les concediera igualdad de oportunidades en la consecución de empleos. En 1965, ocurrió un hito histórico, ya que se les concedió el derecho a votar.
En otro orden de ideas, pocos saben que Bob Dylan se convirtió al cristianismo. ¿Cuándo ocurrió esto? Cuenta el músico y poeta que estaba hospedado en la habitación de un hotel en Tucson, Arizona. Una noche, mientras dormía, sintió una fuerte sacudida y narra que experimentó una especie de “disparo de amor”, de tal manera que de pronto se sintió impregnado de la Presencia amorosa de Jesucristo. El cantante comprendió la necesidad que tenía de cambiar radicalmente de vida; de mejorar y convertirse en un buen cristiano. Se percató que tenía que aprovechar su liderazgo para influir positivamente en sus seguidores. A partir de ese entonces, comenzó a componer “canciones con mensaje cristiano” Por ejemplo, “Creo en Ti”, “Sálvame”, “¿Estás listo?”, “Servir a alguien”, “Disparo de Amor”, “La Muerte no es el Final”, “Tocando en las Puertas del Paraíso”, y un largo etcétera, que también agradaron a sus seguidores.
En el año 2016, Bob Dylan recibió el “Premio Nobel de Literatura”. Era un reconocimiento a su labor como poeta y compositor. Años antes le habían sido entregados numerosos y destacados reconocimientos, como el que le hizo en 2012 el Presidente Barack Obama en la Casa Blanca, quien lo galardonó con el máximo honor civil de Estados Unidos, “La Medalla de la Libertad”, por su brillante trayectoria artística y sus mensajes en favor de los Derechos Humanos. Sin duda, Bob Dylan ha revolucionado la música y la cultura popular contemporáneas.
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