El texto recordó las palabras del Papa Francisco, quien asegura que el insulto es un ‘recurso homicida’ que intenta cancelar (asesinar) la voz del prójimo.
La Arquidiócesis Primada de México aseguró que, para avanzar juntos en la solución de problemas que han mantenido a la sociedad dividida por años o por décadas, es necesario dejar de lado los insultos para avanzar en una nueva cultura de diálogo.
“Si bien el acercamiento entre sectores históricamente enfrentados parece una posibilidad, actualmente suena muy difícil un ensamble de posturas opuestas; sin embargo, pese a las diferencias de opiniones, definitivamente se puede avanzar –mediante el factor “respeto”– por el camino del destrabe de esos nudos sociales que sólo abonan a las desarmonías de una nación”.
“Temas de división hay innumerables, basta echar un vistazo a nuestro elenco de convicciones que podrían dar pie a insultos de unos con otros” dice la editorial del semanario Desde la Fe.
El texto recordó las palabras del Papa Francisco, quien asegura que el insulto es un ‘recurso homicida’ que intenta cancelar (asesinar) la voz del prójimo.
“Como miembros de una sociedad polarizada, seguramente la mayoría contamos con un catálogo de insultos para quienes tienen opiniones enfrentadas a las nuestras; pero esos insultos no terminan en sí mismos, sino que dan pie a otros que al igual pretenden aniquilar el derecho de la persona a ser ‘respetable’”.
“Insultar a alguien es decir a la gente: ‘Este no merece ser escuchado, pues en su defecto, necesariamente opina mal’, ha explicado el Santo Padre”.
En síntesis, agregó la Arquidiócesis que dirige el cardenal Carlos Aguiar Retes, aseguró que, para tener un país armónico, es necesario que la sociedad, gobierno, bancadas políticas e Iglesia acerquen posturas y destierren la cultura del insulto.
El cardenal celebra el Día del Diaconado
Por su parte, el cardenal Carlos Aguiar Retes, recibió en la Basílica de Guadalupe a un grupo de Diáconos Permanentes que peregrinaron con motivo del Día del Diaconado, que se celebrará el 10 de agosto.
“El diaconado es muy importante porque realiza este puente de comunión entre todos los discípulos de Cristo y el ministerio sacerdotal, el ministerio de la enseñanza; es decir, dar a conocer a Jesús”.
“Y segundo, porque realiza la aplicación de esa enseñanza en su vida y en la misión que le da el Obispo para ayudar al prójimo, particularmente al más necesitado: a los pobres, a los enfermos y a los marginados” dijo en su homilía dominical.