“Mi postura es clara: mi relación con el Gobierno de la República será directa con el presidente y con sus secretarios de estado, no habrá en Jalisco autoridades intermedias” aseguró el próximo gobernador de Jalisco.
El próximo gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, aseguró que su gobierno no aceptará la imposición de Carlos Lomelí -el candidato de Morena a la gubernatura- quien fue propuesto por el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, como ‘coordinador estatal’.
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Esta nueva figura concentrará las funciones que hasta hoy detentan los delegados federales. Cinco de los coordinadores propuestos por AMLO son candidatos perdedores a la gubernatura de sus entidades.
“Mi postura es clara: mi relación con el Gobierno de la República será directa con el presidente y con sus secretarios de estado, no habrá en Jalisco autoridades intermedias simplemente porque eso vulnera principios constitucionales básicos y lastima el espíritu del pacto federal”.
“Como lo dije en campaña: con el próximo Presidente de México tendremos coordinación y voluntad para construir acuerdos; subordinación y sometimiento al margen de nuestras leyes, jamás” aseguró en una serie de mensajes en su cuenta de Twitter.
De acuerdo con Alfaro, quien asumirá el poder el 6 de diciembre, en el marco legal no existe ninguna figura que funja como vínculo entre entidades federativas y el ejecutivo federal; y los delegados federales no tienen ni han tenido nunca facultades de decisión ni autonomía técnica.
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Aceptar una imposición como la de los ‘coordinadores estatales’, de acuerdo con Alfaro Ramírez, sería poner en peligro el Pacto Federal.
“En Jalisco vamos a honrar el legado de quienes defendieron la idea de que este país debe estar conformado por la unión de estados libres y soberanos, como Prisciliano Sánchez, primer gobernador de Jalisco, quien hace 194 años escribió el Pacto Federal de Anáhuac”.
“Incluso hay que entender que dotar a las delegaciones o cualquier otra figura de carácter administrativo de facultades de control, fiscalización del ingreso y gasto público federal, sería una violación flagrante al orden constitucional” puntualizó.
La relación entre Alfaro y Lomelí fue ríspida durante la campaña. Aunque no lo nombró por su nombre, el gobernador electo aseguró que la elección del 1 de julio “puso a cada quien en su lugar”.
“Respecto a la persona que se ha presentado como el designado para cumplir tareas extra constitucionales ya no tengo nada más que decir, hace un mes los jaliscienses pusieron a cada quien en su lugar”.
“No hay espacio para la simulación y mucho menos para la mezquindad. En Jalisco esperamos del próximo presidente de la república respeto al pacto federal, a la soberanía de nuestro estado y a nuestro derecho de gobernarnos”.
Pese a esta decisión, Alfaro Ramírez dejó en claro que su gobierno no será de confrontación con el próximo presidente López Obrador; al contrario –aseguró- buscará una relación constructiva y de cooperación.
“Quienes están esperando un escenario de confrontación política se van a quedar esperando, Jalisco tendrá un gobierno cuya misión será trabajar para beneficio de sus habitantes, que sabrá dialogar y coordinarse de manera directa y efectiva con el Gobierno de la República”.