Los nicaragüenses se manifestaron en las calles contra el gobierno de Daniel Ortega, a través de la marcha #JuntosSomosUnVolcán, que partió de la rotonda (glorieta) de Cristo Rey, en Managua, la capital del país.
Los ciudadanos usaron la carretera a Masaya y pasaron por el Camino de Oriente, el lugar donde comenzaron las tensiones con el gobierno, en abril pasado, que reprimió a unos jóvenes que protestaban por modificaciones en la Seguridad Social.
La represión no ha cesado y el pasado lunes alcanzó incluso a tres obispos y al Nuncio Apostólico y ya registra 351 fallecidos, 2 mil 100 heridos y 329 secuestrados, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
“Prohibido olvidar”, “de que se van, se van”, entre otras, fueron las frases que se escucharon al paso del contingente, en el que predominaron los colores azul y blanco, propios de la bandera de Nicaragua. La lluvia que cayó durante el recorrido no amedrentó a los manifestantes que continuaron con el desarrollo de la ruta.
Al paso de la marcha hubo presencia de elementos policiales e incluso parapoliciales, los culpables de buena parte de los asesinatos.
El diálogo continúa
Por su parte, los obispos de Nicaragua han decido continuar como mediadores en el diálogo con el gobierno, pese a la agresión contra el Cardenal Brenes, los Obispos Báez y Mántic,a así como el Nuncio Apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, el pasado lunes en la Basílica Menor de San Sebastián en Diriamba.
“Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua hemos decidido hoy (10 de julio) seguir prestando el servicio que el gobierno nos pidió como mediadores y testigos del Diálogo Nacional. Con el mismo entusiasmo y la misma entrega. Próximamente llamaremos a las sesiones plenarias”, reportó la agencia Fides citando al Obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez.
El obispo señaló que los prelados siguen creyendo “que el diálogo es la manera de supera la violencia”.
Con información de La Prensa Nicaragua, Agencia Fides y @silviojbaez