Los desarrolladores de la plaza comercial Artz y la Secretaría de Movilidad están obligados a resolver este grave problema.
Las últimas administraciones de la Ciudad de México se han especializado en la construcción de obras viales absurdas, mal diseñadas y mal construidas. Es el caso del paso a desnivel en Periférico Sur para dar acceso a la nueva plaza comercial “Artz Pedregal”.
Desde su inauguración se ha convertido en el dolor de cabeza de miles de automovilistas, del transporte público de pasajeros y del transporte de carga que circulan por la lateral del periférico de norte a sur. El embotellamiento se presenta prácticamente todo el día sobre la lateral desde la avenida Luis Cabrera hasta la incorporación a la avenida Santa Teresa.
Esta obra es un buen reflejo de la incompetencia de las secretarías de Obras y de Movilidad, favoreciendo a intereses privados de un fuerte grupo inmobiliario o bien, como se da en otros casos, cuando obligan al constructor a una obra de “compensación” claramente innecesaria.
Quienes por desgracia tienen que acceder a la lateral en este punto, pueden tardar hasta 30 minutos para recorrer 500 metros. El transporte público y de carga, que están obligados a circular por la lateral son los más afectados, pero igual los miles de automóviles que buscan acceder a la zona de Santa Teresa, San Jerónimo Aculco o el Pedregal.
Es lamentable que en ese mismo punto está el acceso a un importante hospital del sur de la Ciudad; me pregunto si las autoridades que autorizaron este paso a desnivel están conscientes del perjuicio que están causando. Trataron de solucionar el problema haciendo tres salidas consecutivas que lo único que provocó fue complicar el embotellamiento.
Artz Pedregal a la que también le llaman “Antara del Sur”, en lugar de ser motivo de orgullo por considerarse una plaza comercial de calidad y prestigio mundial, se convierte ahora en repudio social solo por el daño colateral que causa un acceso mal diseñado que no tiene justificación.
El paso a desnivel era innecesario por las siguientes razones: 1) para quienes circulan de norte a sur para llegar a la plaza, simplemente deben tomar la salida a Santa Teresa, luego el distribuidor elevado hacia el Pedregal y a una calle de distancia doblar a la izquierda para retornar; cuestión de minutos. 2) De sur a norte no hay problema de acceso. 3) Quienes al salir de la plaza, quisieran tomar el Periférico en dirección sur, simplemente deben usar la salida de la plaza hacia la avenida Santa Teresa.
Por lo que se puede concluir que el amante paso a desnivel de acceso a la nueva plaza no sirve para absolutamente nada; se tiraron a la basura 245 millones de pesos sin sentido y se está afectando gravemente el tránsito de miles de vehículos de la zona.
Desde la construcción de los segundos pisos, con entradas y salidas mortales que violan las normas de seguridad vial más elementales y que provocan la pérdida de millones de horas – hombre, el Gobierno de la Ciudad de México ha venido realizando obras sin una planeación adecuada, mismas que demuestran la ineptitud técnica de la áreas responsables.
Durante la inauguración del paso a desnivel, las autoridades afirmaron que “desde el primer minuto, la zona sur de la Ciudad tendría mejor flujo vehicular”. Hoy vemos que sucedió exactamente lo contrario.
¿Dónde quedaron los técnicos de primer nivel en el gobierno y las empresas que realizaron obras emblemáticas en su momento como el viaducto Piedad, el Periférico, la Ruta de la Amistad y las principales líneas del Metro? ¿El acceso a desnivel a la plaza Artz se hizo respondiendo a una necesidad real de mejorar el tránsito en el Periférico? Definitivamente no. En lugar de un beneficio, los atascos frente a la nueva plaza Artz se convierten en su peor propaganda.
Los desarrolladores de la plaza comercial Artz y la Secretaría de Movilidad están obligados a resolver este grave problema.
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