Creo que lo importante no es saber quién es NiNi o quien no lo es, a final de cuentas las etiquetas no ayudan, por el contrario, son sectarias y peyorativas.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), disponibles para el primer trimestre del año, la cifra de jóvenes que ni estudian ni trabajan alcanza los 6 millones 887 mil 152.
Sin embargo, “la cifra de los 7 millones cumple bien con alertar sobre algo real y urgente, pero que dista mucho de tener alguna precisión”, advierten Gerardo Leyva y Rodrigo Negrete, investigadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Se le llama NiNi a aquella persona entre los 14 y 29 años que “Ni estudia Ni trabaja”. Pero hace falta preguntarse ¿porque no estudian, porque no trabajan? ¿porque no quieren?, ¿porque no pueden?
No todos los casos son iguales y cada realidad es particular. Me pregunto, un joven que se dedica a la compra venta de droga ¿sale del concepto de NiNi porque está generando un recurso económico? En ese caso, mejor ser NiNi. Pero tampoco se trata de “mal menor”.
Una mujer que se dedica a las labores domésticas y por esa razón no genera un ingreso económico y tampoco accede al estudio ¿es NiNi?
Porque claro que existen aquellos no solo jóvenes, sino personas abúlicas en la vida que quieren una vida cómoda, llena de confort y sin el mínimo esfuerzo. Esos NiNis ontológicos aunque estén generando un recurso económico denigran más la oportunidad de estudiar y trabajar.
Pero creo que lo importante no es saber quién es NiNi o quien no lo es, a final de cuentas las etiquetas no ayudan, por el contrario, son sectarias y peyorativas.
El reto consiste en motivar, animar, dirigir, encausar, y abrazar la causa. Es como en el Colegio cuando detectamos un alumno con poco interés, desánimo, incluso intencionado; el maestro busca caminos, agota la experiencia hasta el último suspiro.
La familia juega un papel protagónico, ya que en el hogar se gestan los sueños, las pasiones, los anhelos. Muchos jóvenes pierden el sentido de vida porque nadie les ha dicho donde lo pueden tomar.
Si por alguna razón después de estos intentos, y de haber conjugado esfuerzos la persona decide no asumir el reto de salir adelante, en el sentido más evangélico posible; habrá que retirarse y dejar que la misma experiencia le deje la enseñanza que no quiso aprender por las demás rutas. Tal vez, y me atrevo a decirlo con toda la intención hipotética, así logre despertar.
Pero mientras haya un joven, debe existir Fe, una profunda y absoluta exigencia para que el crecimiento personal se logre. Dicha exigencia emana de sí mismo y se complementa con lo que los demás nos aportan.
Más que hablar de NiNis, hablemos de las pobrezas que son la atmósfera de un contexto desigual, injusto, y limitado a las oportunidades, tales como el abandono, el terrorismo, la guerra, el narcotráfico, la violencia, el desempleo, la explotación, la delincuencia; entre otros.
De nada nos sirve etiquetar a alguien por no estudiar o no trabajar si como sociedad, como grupo humano, nos extendemos la mano unos a otros.
Y subrayo, si después de hacer este ejercicio de ofrecer alternativas, hay quien decide quedarse en su estancamiento, debemos entender que la libertad y la voluntad son regalos de Dios que no se deben coartar.
Por eso creo que la educación en su sentido más profundo nos hará buscar caminos y oportunidades. Como reflexionaba hace unos días algún experto en materia educativa “se señala al maestro que marcha por horas en las calles, pero nos olvidamos del maestro (y del alumno) que marcha horas para llegar a su escuela”.
Como se expresa en la 2a carta a Timoteo 4,2: “insiste a tiempo y a destiempo”. No perdamos la esperanza de saber que nuestra juventud está siempre a tiempo, o dicho en palabras de Monseñor Pedro Casaldáliga:
“Es tarde,
pero es nuestra hora.
Es tarde,
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer el futuro.
Es tarde,
pero somos nosotros esta hora tardía. Es tarde,
pero es madrugada si insistimos”.
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com