Considero necesario asumir nuevas formas de gobierno que asuman el pluralismo existente en la sociedad en lugar del autoritarismo.
Esta semana una persona me comentó que sentía miedo frente a la eventualidad de que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) gane las elecciones en México, y también leí el argumento del gran pensador católico mexicano Gabriel Zaid, quien después de analizar a los principales candidatos presidenciales concluyó que votará por quien vaya en segundo lugar después de AMLO, aunque sea Ricardo Anaya.
En política es necesario participar y organizarse a partir de la información y las convicciones para contribuir no solo en el resultado de una elección, sino que a partir de la claridad de objetivos políticos generar la capacidad que obligue a las autoridades a cumplir sus promesas y evitar abusos independientemente de quién gane la elección.
En esta coyuntura política en la que parece que los católicos estamos tomando consciencia de la importancia de nuestro voto y participación, comparto algunas razones para definir mi elección con tres precisiones.
La primera es que los católicos estamos llamados a participar en un proceso donde la pluralidad puede llevar a diferentes opciones de voto; la segunda es que a menos de un mes de las elecciones, es claro que la contienda se resolverá a favor de uno de los dos candidatos presidenciales que encabezan las encuestas, por lo que obviaré comentarios sobre los demás; y finalmente, en esta ocasión no abordaré el tema de las elecciones de legisladores.
Estoy consciente de que algunos definirán su voto más por sentimientos que por un análisis de propuestas políticas, y también estimo que muchos católicos no ejercerán su derecho a elegir en función de la congruencia de las propuestas políticas de los candidatos con los principios y elementos de juicio que se derivan de la fe, y que están disponibles en el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia.
Para quienes busquen elementos de toma de decisión en base a lo que dicen los candidatos, sus plataformas, y sus equipos de trabajo en cada distrito electoral del país, recomiendo consultar la página www.sabervotar.com
Mi análisis considera el hartazgo por la corrupción y la violencia de la gente, así como el enojo, la frustración y la decepción que sienten muchos frente a los partidos y los políticos; tomar decisiones en esas condiciones nos puede llevar a cometer errores con facilidad, bien dicen que el que se enoja pierde, por lo que considero fundamental la oración para estar en paz y poder discernir sin temor, con esperanza y convicción.
Es clave combatir la corrupción porque afecta principalmente la economía y los servicios para los más pobres.
Considero que Ricardo Anaya es el único que tiene una propuesta clara en contra de la corrupción y la impunidad, ya que los otros han expresado a través de sus propuestas y acciones que no consideran prioritario el combate a la corrupción, ni una construcción institucional eficiente contra la impunidad.
Muchos grupos sostienen que para generar oportunidades para miles de mexicanos, y al mismo tiempo generar alternativas frente al crimen y la violencia, es necesario fortalecer la educación. La apuesta por el desarrollo de los jóvenes a través de la educación y la tecnología es otra de las razones para seleccionar mi opción.
Finalmente, frente al hartazgo contra los abusos de la partidocracia, considero necesario asumir nuevas formas de gobierno que asuman el pluralismo existente en la sociedad en lugar del autoritarismo, y que permitan un equilibrio en el ejercicio unilateral de los partidos, la fórmula de coalición que apoya a Ricardo Anaya me parece la más práctica en esta coyuntura para la construcción de un nuevo régimen político que replantee los equilibrios de poder. En contraste con la propuesta política de un partido unipersonal sin contrapesos, que busca reconstruir un sistema sin respeto por la pluralidad, las libertades o la participación de la sociedad.
Mi razonamiento pues, no es desde el miedo o solo por “el bien posible”, sino desde la convicción de que la realidad exige un combate a la corrupción y a la impunidad para construir condiciones de paz y justicia básicas para el bienestar de la gente, así como una apuesta por el futuro a partir de la educación, la innovación y la tecnología, mediante una coalición que permita los equilibrios para construir un nuevo sistema que limite el poder de los partidos y de los políticos.
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com