Esta es la última oportunidad de AMLO en su sed de ser presidente de la República Mexicana.
Aquellos que en honor de la democracia dicen que la alternacia es un signo democrático, no dejan de apoyar a AMLO bajo el siguiente razonamiento: La alternancia en México se dio en el 2000, la segunda fuerza política, o sea el PAN, llegó a la Presidencia y repitió en el 2006, la hora para la izquierda con AMLO debería de llegar para el 2012, pero “la mafia del poder” lo impidió. En nombre de la democracia y de la alternancia es adecuado que AMLO sea Presidente en este 2018.
El niño sabio preguntaría, efectivamente, la alternancia es un signo democrático, pero ¿la alternancia por la simple alternancia es un elemento que fortalece la democracia?
Las elecciones de este 2018 renovarán todos los puestos públicos sujetos a elección popular. Sus resultados marcarán en gran medida la política mexicana a seguir en el futuro. La popularidad de AMLO se encuadra en este contexto y a lo anterior se le suman los siguientes factores que son dignos de analizar por aquellos que les encanta la política:
¿El abstencionismo y el voto nulo volverán a ser los protagonistas de la fiesta democrática en el día de las elecciones? En caso afirmativo ¿Qué tánto beneficiará a AMLO?
¿La sociedad mexicana o el llamado pueblo de AMLO es lo suficientemente maduro democráticamente hablando para dejar de lado el voto monocolor?
Esta es la última oportunidad de AMLO en su sed de ser presidente de la República Mexicana, sed que fue mínimamente saciada en un show de investidura presidencial a modo de niño berrinchudo en 2006. Si AMLO que busca ser la encarnación del pueblo de México queda nuevamente derrotado en este 2018, ¿convocará a una revolución en contra de la “mafia del poder”?
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla
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