Si eres “suegra”, sigue estos consejos.
Una de las relaciones que puede llegar a ser muy conflictiva es la de “suegra-nuera”, pero que siguiendo algunos consejos sencillos y prácticos que Isabel Llorente nos da, podemos convertirla en una relación sana, profunda y duradera:
– Actúa como toda una mujer madura, con cualidades y virtudes que faciliten la relación.
– Respeta el hogar de los nuevos esposo, evitando a toda costa cualquier tipo de intromisión de tu parte.
– Pensar antes de actuar, es un acto de prudencia. Actúa con moderación, cuidando en todo momento los sentimientos y afectos de tu nuera, irás ganando su cariño.
– Tus ansias por ayudar son muchas, pero hazlo sólo cuando te lo pidan.
– No critiques los actos de tu nuera. Comprende y sé empática, con la capacidad de entender sus sentimientos.
– Tu hijo debe estar mayoritariamente con su “nueva” familia; no lo quieras tener demasiado cerca de ti, distanciándolo quizá de las obligaciones con su esposa e hijos. Tu ya lo tuviste muchos años. Recuerda la frase de “ámalos mucho y déjalos ir”.
– Comprende que tu nuera no puede tener al inicio del matrimonio, la madurez y experiencia que tu como mujer has alcanzado. Ignora sus errores y “novatadas”, tu también los cometiste. No seas dura en tus juicios hacia ella sólo por su juventud o inexperiencia.
– Haz que tu nuera se sienta como una verdadera “hija”, el amor gana todas las batallas.
– Evita rivalidades y competencias, como en el estilo de preparar los alimentos, el trato de la ropa, la limpieza de la casa o el cuidado de los hijos. Es lógico que tu tengas más experiencia, pero alguna vez fuiste recién casada y podrás fácilmente ponerte en su lugar.
– Cuando tengas que darle un consejo a tu hijo, si es que éste es dado con verdadera rectitud de intención y es absolutamente necesario para el bien de los esposos o de tus nietos, díselo a solas para no dañar los sentimientos de tu nuera. El con su inteligencia y cercanía podrá matizar más fácilmente con ella lo que tu quieres trasmitir.
– Respeta la autonomía de los esposos. No quieras que la nueva pareja haga las cosas como tú las harías. Dale a tu nuera el espacio en su hogar, como ama y señora del mismo.
– Procura no hacer llamadas frecuentes al hijo.
– Guarda silencio cuando no se te ha pedido consejo, aunque por tus años y experiencia sepas resolver mejor las cosas.
– Evita entrometerte en lo que la nueva pareja; no hagas comentarios al respecto. Si has formado un hijo responsable, él sabrá lo que puede dar a su esposa.
– Ama mucho a tu nuera, pues en su seno se engendrarán tus nietos, tus genes, tu herencia.
– Evita comentarios sobre el número de hijos que tendrán, el nombre que llevarán; estas son decisiones que ellos solos deben tomar.
– Cuando el nieto ha nacido, evita querer que se le cuide como tu cuidaste a tus hijos. Los nuevos padres tendrán la ayuda del pediatra, e irán aprendiendo de la misma manera como tu aprendiste a ser madre.
– Ayuda a cuidar a los nietos cuando te lo pidan, con sentido común y sin emitir juicios sobre lo que el niño come o cómo lo visten. Los nuevos padres, aunque jóvenes, procurarán lo mejor para su bebé.
– Si tu nuera se reserva el derecho que tienes a ver a tus nietos, platica con ella, exponiéndole tu cariño por ellos.
– Sé callada, discreta pero alegre. Respeta la intimidad del nuevo hogar. No entres a las habitaciones de la casa de tu hijo, a menos que te inviten a hacerlo.
– Recíbelos a comer si es que ellos quieren ir a visitarte. No los molestes con llamadas insistentes para que estén contigo.
– Evade pláticas sobre las exnovias de tu hijo, y no presumas de conocerle más que tu nuera; no lastimes su corazón.
– Si tienes varias nueras, no compares una con otra. Ni ofrezcas un trato preferencial a una, menospreciando a la otra. Serás la creadora de divisiones en tu propia familia.
– No desacredites a tu nuera con persona alguna, ni en modo alguno. Tarde o temprano se enterará de lo que has dicho y provocarás un distanciamiento bien ganado.
– Procura un “proyecto personal de vida”, a pesar de tus muchos años de casada. Esto te dará razones importantes para seguirte superando cuando los hijos se han ido, y para no pretender estar dirigiendo sus vidas cuando se han casado.
Y muy pronto comentaré contigo las claves para ser una buena nuera. Mientras tanto, si eres “suegra”, sigue estos consejos.
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