En la elección que enfrenta nuestro país, el 30% de quienes tienen derecho a votar son jóvenes entre 18 y 29 años, tienen la posibilidad de decidir que personas tomarán decisiones sobre su presente y su futuro.
Al terminar una conferencia en una universidad del centro del país sobre sistemas de captura de lluvia en comunidades marginadas, me abordaron algunos estudiantes con preguntas que me sorprendieron por el énfasis en los aspectos de compromiso ético y político, más que en los aspectos técnicos de la misma.
Una estudiante salvadoreña quería saber cómo lograr que otros estudiantes o investigadores apoyaran a las comunidades marginadas en su país con sistemas de agua y otras carencias; otro estudiante buscaba ser más eficiente en su trabajo en comunidades marginadas, y se cuestionaba si era suficiente promover la educación, o si era más necesario resolver problemas de la comunidad como el acceso al agua potable; uno más me preguntaba de que manera sería posible que nuestro país cambiara.
De regreso compartí el vuelo con un par de jóvenes estudiantes y atletas de mi universidad, que regresaban de una competencia donde ganaron medallas de oro y bronce en competencias de relevos de 400 y 100 metros respectivamente.
Las inquietudes, el compromiso y la disciplina de estos jóvenes desconocidos con quienes tuve la oportunidad de convivir me motivan y llenan de esperanza.
En la elección que enfrenta nuestro país, el 30% de quienes tienen derecho a votar son jóvenes entre 18 y 29 años, tienen la posibilidad de decidir que personas tomarán decisiones sobre su presente y su futuro como autoridades, sin embargo, no es seguro que todos salgan a votar.
En las elecciones del Reino Unido la mayoría de los electores británicos decidió abandonar la Unión Europea, los más afectados por esa decisión son los jóvenes que ahora tendrán menores oportunidades económicas, pero no salieron a votar y en consecuencia la decisión la tomaron principalmente los adultos.
Este fin de semana, también cerca de 22 mil jóvenes en la ciudad de México tomaron las calles para exigir que los candidatos defiendan la vida y promuevan políticas que fortalezcan a la familia. Es una marcha que duplicó el número de participantes de años anteriores y contó con la participación de candidatos de distintos partidos. Los jóvenes de Pasos X la Vida dieron una muestra de cómo sumando esfuerzos de varias organizaciones, pueden plantear agendas claras a los candidatos y a las autoridades, lo que se convierte en el primer paso de cualquier transformación social o política.
Conozco a muchos jóvenes que han decidido también ser candidatos a diferentes puestos de elección popular, entre ellos una brillante profesionista que compite por una diputación local en mi distrito, cuenta con una maestría y estudia el doctorado en educación en una universidad europea, su compromiso con la promoción de políticas públicas para jóvenes, las oportunidades para los que menos tienen, la educación y los valores de la vida y familia la hacen mi candidata favorita.
Estoy convencido que los jóvenes pueden definir esta elección si salen a votar, y más importante, en la medida en que tomen la iniciativa, hagan propuestas y se comprometan en actividades transformadoras como los estudiantes y deportistas que conocí, o decidan plantear temas a los candidatos como los jóvenes de pasos por la vida, se involucren en candidaturas o apoyen a quienes respondan más a sus necesidades e inquietudes, tomarán en sus manos el rumbo del país, podrán cambiar lo que no les guste y construir sus propias oportunidades.
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com