La seguridad cibernética es un asunto delicado y, a todos los niveles, se ve la necesidad de tomar medidas para el blindaje de los datos. Sabemos de muchas filtraciones que a bastantes gobiernos ha ocasionado profundos dolores de cabeza. Obviamente, también en los Estados Unidos se asegura que Rusia metió su cuchara en este terreno, durante la campaña del nuevo Presidente de ese país.
Por lo tanto, no es de extrañar que Donald Trump haya puesto los ojos en Rudolph W. Giuliani, ex alcalde de Nueva York. Actualmente es Director de la empresa de seguridad cibernética Giuliani Partners. En Giuliani pensó Trump para la Secretaría de Estado, pero se decidió por el ex presidente ejecutivo de ExxonMobil, Rex Tillerson.
Con el nombramiento de asesor informal de seguridad cibernética, su función consiste en plantear soluciones para evitar las ciber-incursiones, tanto en el sector privado como en el gobierno. Y ante las posibles agresiones tener preparadas soluciones oportunas.
El trabajo en este campo exige adoptar con rapidez los adelantos ininterrumpidos y adecuarlos al tipo de informes del departamento correspondiente. En definitiva, estar al día en los nuevos planteamientos, tanto para escudarse como para obtener información oportuna de todas las fuentes.
Giuliani, para iniciar este proceso, cuenta con una larga y reconocida experiencia en la aplicación de la legislación, en el gobierno, y después, dieciséis años de trabajo para proporciona soluciones de seguridad en el sector privado.
A Trump le interesa todo tipo de información, incluso la anecdótica, de ejecutivos del sector privado sobre los retos y soluciones a los problemas de seguridad cibernética. Y no anquilosarse para evitar la piratería y el robo de datos, y garantizar la seguridad.
En la conferencia de prensa del miércoles 11 de enero, Trump habla por primera vez de Rusia en la piratería del Comité Nacional Demócrata durante la campaña electoral del año pasado. Dice que ha pedido un informe –en los próximos 90 días–, a los funcionarios de inteligencia, sobre este asunto.
Fuente: The Washington Post, 12 de enero de 2017
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