Pablo regresó a Tarso donde habría de pasar algún tiempo, pero tal vez no fue un regreso tan bello como se podría imaginar, ya que habrá que recordar que la familia de Pablo era muy religiosa, su padre muy conocedor de las escrituras había formado a su hijo en la mejor de las tradiciones y hasta lo había enviado a estudiar a Jerusalén, y seguramente después lo habría apoyado en sus acciones de persecución contra los cristianos.
Lo mismo sucedería con sus demás familiares y seguramente con su círculo de amistades, ya que los fariseos y los judíos en general no frecuentaban las casas de otras personas que fueran considerados paganos y mucho menos hacían amistad con ellos.
Pablo nunca menciona nada referente a esto, quizás porque fue muy doloroso y debe haber tenido que aplicar aquello que dijo Jesús de que a él hay que amarlo más que al padre, a la medre y que a los mismos hijos.
Es muy probable que ante esta nueva situación Pablo no haya podido incorporarse al taller de su padre, ni recibiera ninguna ayuda por parte de sus parientes, por eso durante toda su vida tuvo en general grandes carencias, tal vez tuvo que poner su propio taller de tiendas para mantenerse y al mismo tiempo tener tiempo de predicar a ese Jesús del cual ahora está seguro había resucitado.
Seguramente hasta ese momento Pablo solamente se había dedicado al estudio de las escrituras y no le puso ninguna atención a la cultura y a la filosofía griega, sin embrago más adelante en alguna de sus cartas encontraremos una breves referencias al pensamiento griego, tal vez en esta nueva etapa de su vida y conforme se va reafirmando su vocación de ser el mensajero de la palabra para los paganos haya tenido algún contacto con libros de la filosofía griega que le sirvieran para entender mejor el pensamiento de los que tenía que evangelizar y así poder hablarles del Dios desconocido.
Conociendo el temperamento inquieto de Pablo es difícil imaginar por qué se quedó un buen tiempo en Tarso, sin embrago es una muy probable explicación que durante ese tiempo en su cabeza y en su corazón deben haber estado dando vueltas las diferentes ideas que recibió en tiempos diversos ahora todos vistos a la luz del cristianismo. Primero sobre la ley y sus consecuencias, el pecado y la necesidad de un redentor, su propia conversión con la revelación dada por Jesús, su contacto con los apóstoles y después con algunos otros cristianos que llegan por ahí con los que tenía oportunidad de conversar.
A veces quisiéramos que la Biblia fuera un libro un poco más detallado y nos narrara todas y cada una de las actividades de todos los personajes que se van apareciendo con precisión cronológica y pormenores biográficos, pero su sentido principal es trasmitir el mensaje de Dios en cuanto a su contenido para la salvación del hombre y por ello los hechos biográficos e históricos son tan solo un marco para la presentación de las ideas de fondo.
Así un Pablo más maduro se fue preparando para una de las misiones más difíciles y trascendentales de la historia que fue transformar el mundo bajo el mensaje de Jesús.
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