Caracas, 23 ene (Notimex).- La situación que vive hoy Venezuela es peor a la que había antes de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez, hace 59 años, sostuvo el politólogo y experto en derecho constitucional Edilberto Molina.
“Hoy los venezolanos viven un remedo de democracia en la que todos sus derechos han sido confiscados, por lo que han perdido la confianza en su dirigencia política”, señaló el catedrático jubilado de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
En una entrevista con Notimex, el autor de varias obras de derecho constitucional dijo que durante el régimen de Pérez Jiménez, derrocado el 23 de enero de 1958, jamás generó tanto caos, hambre y persecuciones políticas como el actual gobierno.
“El llamado socialismo del siglo XXI ha sembrado de odio, división y resentimiento a la sociedad venezolana, contribuyendo a agravar la inseguridad ciudadana, la impunidad, la escasez de alimentos y la más alta inflación del planeta”, aseguró.
Agregó que los poderes públicos están secuestrados, la prensa libre amordazada, las manifestaciones públicas prohibidas, la salud amenazada por la falta de medicinas y alimentos.
Por si fuera poco se le impide al pueblo ejercer su derecho al voto, tras la suspensión el año pasado de un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, apuntó.
Afirmó que la tortura sigue siendo utilizada por los cuerpos policiales del Estado y que la Seguridad Nacional (policía política del régimen perezjimenista) “se convirtió en el flamante Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin)”.
“Es decir, poco a poco se ha construido un clima de impunidad y totalitarismo que desvirtúa las válvulas institucionales al extremo de llegar a desconocer el carácter legítimo de la Asamblea Nacional (congreso unicameral) de mayoría opositora”, dijo el analista opositor.
Asimismo, advirtió que el Plan de la Patria, concebido por el fallecido mandatario Hugo Chávez y seguido por Maduro, como un plan socialista de la nación, “no puede ser la bitácora para destruir la economía, desestabilizar la sociedad y desmantelar la Constitución Nacional”.
A la vez, se pronunció por la necesidad de que el jefe de Estado acate el mandato constitucional que establece límites a sus atribuciones reguladoras y le exige estar al frente de sus responsabilidades y obligaciones como gobernante.
“Si no lo hace, puede llegar el momento en que a Nicolás Maduro lo haga renunciar su propio partido. La experiencia, en casos de incompetencia, se han presentado en muchos países de América Latina como Argentina, con el expresidente Arturo Ilia”, advirtió.
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