Río de Janeiro, 5 Jun (Notimex).- La Justicia electoral de Brasil retomará este martes el juicio para analizar si el presidente Michel Temer usó en 2014 dinero ilícito para financiar la campaña conjunta con la expresidenta Dilma Rousseff, en un proceso que llega a su fase definitiva en plena oleada de escándalos contra el mandatario brasileño.
Mañana a las 19:00 locales (22:00 GMT) el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil celebrará la primera de las tres sesiones previstas esta semana para determinar si Temer y Rousseff –candidatos a la vicepresidencia y presidencia en 2014– usaron dinero de la corrupción destapada por la Operación Lava Jato para gastos de la campaña.
Si la mayoría de los siete jueces del TSE votan a favor de la anulación del mandato, Temer perdería la presidencia, y la Cámara Baja elegiría en comicios –todavía por definir si son directos o indirectos– un nuevo presidente para dirigir al país hasta las elecciones generales de 2018.
No existe un plazo previsto para emitir veredicto al respecto, e incluso alguno de los jueces podría pedir esta semana un proceso de vista y posponer el juicio durante semanas o meses, pero algunos analistas señalan que el TSE podría estar influenciado por los escándalos que azotan a Temer y anular su mandato.
El presidente tendría la opción de recurrir al Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia del país, antes de verse obligado a dejar el cargo.
Sin embargo, si el TSE se pronuncia a favor de la anulación del mandato por irregularidades, lo más probable es que los partidos aliados a Temer –los mismos que llevaron al mandatario al poder con el impeachment a Rousseff– abandonen la coalición gubernamental.
El conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal apoyo de Temer en el gobierno, tiene previsto decidir mañana si continúa apoyando al presidente o si retira a sus cuatro ministros –entre ellos el canciller– del Ejecutivo.
Temer, que llegó al poder en mayo del año pasado y en pocas semanas perdió a varios ministros por revelaciones de corrupción, enfrenta desde hace tres semanas su peor crisis de gobierno, a pesar de los primeros indicadores positivos en la economía tras dos años de recesión.
Temer es investigado desde inicios de mayo por la fiscalía general de Brasil por corrupción, obstrucción a la Justicia y organización criminal.
Ello después de que el empresario Joesley Batista, dueño de la empresa JBS, una de las mayores compañías de carnes del mundo, grabara en marzo una conversación con el presidente en su residencia oficial en la que el ejecutivo enumera una serie de ilegalidades (compra de jueces, diputados y ministros).
En la grabación, Temer apoya a Batista en su iniciativa de pagar al expresidente del Congreso, Eduardo Cunha, condenado a 15 años por corrupción, para comprar su silencio, pues el ‘verdugo’ político de Dilma Rousseff podría revelar comprometedoras informaciones si logra un acuerdo de delación con la Justicia.
El fin de semana un exasesor de Temer, Rodrigo Rocha Loures, fue detenido por la policía, después de que la policía lo grabase recibiendo ilícitamente de JBS medio millón de reales (156 mil dólares) que las fuerzas del orden sospechan que podrían haber sido pedidos por Temer a cambio de favores políticos para la empresa.
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