Venezuela estuvo en vilo la noche de este martes luego que disidentes al régimen dejarán caer, desde un helicóptero, granadas en el edificio de la Corte Suprema, en lo que algunos pensaron era el preludio de un intento de golpe de Estado.
Este incidente se produce justo cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos manifestó su condena por las operaciones de “represión indiscriminada” realizadas en los últimos días en Venezuela por las fuerzas de seguridad.
El ataque en la Corte fue el epílogo de una jornada especialmente violenta, en la que los enfrentamientos llegaron al interior de la sede parlamentaria, con disputas entre diputados y policías, y con un ataque a la Asamblea Nacional de manifestantes armados con cohetes pirotécnicos.
El presidente Nicolás Maduro calificó como un “ataque terrorista” el robo de un helicóptero del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), que sobrevoló algunas zonas de Caracas mostrando una pancarta en la que se podía leer “350 LIBERTAD”.
Maduro confirmó que el grupo atacó las sedes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz con cuatro granadas que fueron lanzadas desde el helicóptero y “que pudieron haber causado decenas de heridos”.
La aeronave era pilotada por Óscar Pérez, funcionario del Cicpc, quien publicó varios videos en Instagram, en los que se identificó como integrante de “una coalición entre funcionarios militares, policiales y civiles, en búsqueda del equilibrio y en contra de este gobierno transitorio y criminal”.
Pérez está siendo investigado por sus vínculo con la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y la embajada de ese país en Caracas, así como su vínculo con el exministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres, quien confirmó públicamente sus contactos con la CIA.
El mandatario venezolano denunció que algunos sectores de la oposición están promoviendo una guerra civil, “y nosotros, los venezolanos de bien, no se los vamos a permitir”.
El ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, advirtió que estos ataques forman parte de “una escalada golpista contra la Constitución y sus instituciones”.
Para el gobierno venezolano, estos son ataques de carácter terrorista “enmarcados en la ofensiva insurreccional adelantada por factores extremistas de la derecha venezolana con apoyo de gobiernos y poderes extranjeros”.
El ejército venezolano fue puesto en alerta y los soldados fueron vistos haciendo guardia en edificios del gobierno.
Venezuela ha sido sacudida por las violentas protestas contra el gobierno en los últimos meses que han dejado muertos. Los opositores de Maduro temen que utilizará el incidente para agredir más a la oposición y reescribir la constitución del país.
Previamente, Maduro aseguró que está dispuesto a preparar una embestida armada para defender su gobierno.
“Aspiro a que el mundo escuche después de 90 días de violencia, de destrucción y de muerte: si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia y fuera destruida la revolución bolivariana, nosotros iríamos al combate”.
“¡Nosotros jamás nos rendiríamos! ¡Lo que no se pudo con los votos, lo haríamos con las armas, liberaríamos nuestra patria con las armas!”, sostuvo en un acto en Caracas.
Hace tres meses que la oposición comenzó una serie de protestas por dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, un tentáculo del chavismo, que habían despojado de competencias a la Asamblea Nacional (dominada por la coalición Mesa de la Unidad Democrática) y eliminado el fuero de sus parlamentarios.
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