Defendida a capa y espada por Maduro, repudiada y combatida por la oposición nace la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela instrumento a través del cual el régimen pretende hacer legal su permanencia en el poder a pesar de las inconformidades y señalamientos de la gran mayoría de los ciudadanos, desencuentros extremos que han provocado protestas de la población y reprimendas del gobierno desencadenado una severa violencia que ha dejado tras de sí una estela de muerte.
El último domingo de julio llegó, y con él la realización de la elección cuestionada al interior del país sudamericano así como por diversos gobiernos y organizaciones internacionales quienes una y otra vez insistieron en suspenderla y abrir un diálogo a fin de promover la paz. El llamado nunca fue atendido, en su lugar arreció la violencia y los anuncias triunfalistas de Nicolás Maduro y sus secuaces, mientras el hartazgo se acrecentaba entre los venezolanos muchos que a lo largo del día expresaron su inconformidad de distintas maneras, algunos exhortando a la paz y otros participando en manifestaciones que desembocar en rencillas que acabaron con la vida de al menos 10 personas.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) aseguró en estos comicios la participación fue del 41.53%, equivalente a poco más 8 millones de personas, sin embargo la oposición, que no participó en los comicios, dijo que únicamente habían votado 12% de los electores.
Las voces de apoyo y desaprobación también hicieron eco en varias partes del orbe. Diversos países, entre los que se enlistan Estados Unidos, México, España, Perú, Colombia, Paraguay y Brasil desconocieron los comicios, en tanto los gobiernos de Bolivia, El Salvador y Nicaragua dieron su apoyo a la Asamblea Constituyente de Nicolás Maduro.
Durante el día en el que la jornada electoral se llevaba a cabo, en distintas ciudades del mundo se reunieron en diversas plazas venezolanos –la gran mayoría de los cuales se vieron obligados a salir de su país debido a la inhumana e insostenible situación desencadenada por el régimen iniciado hace 18 años– quienes se manifestaron para condenar pacífica pero firme los comicios constituyentes.
Ojos que no ven, corazón que no siente
En la Plaza Bolívar de Caracas minutos después de que el Consejo Nacional Electoral emitiera los primeros resultados de la elección de 537 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, Nicolás Maduro arropado por sus colaboradores, miembros de su gobierno y simpatizantes, aseguró que este ejercicio “no sólo tiene la fuerza constituyente nacional, sino que tiene la fuerza de la legitimidad, la fuerza moral de un pueblo que de manera heroica en condiciones de guerra salió a votar, a decir: queremos paz, tranquilidad”.
Asimismo, señaló que el pueblo venezolano ha dado una lección de coraje y valentía al participar en la jornada, a pesar de las amenazas de agentes que pretendían cercenar el derecho al voto, y subrayó que “el pueblo bravío ha dado una lección de coraje, de valentía. Lo que hemos visto hoy es admirable”.
Entre quienes aplaudían al mandatario se encontraban las activistas electas del constituyente Cilia Flores, esposa de Maduro, así como la ex canciller de Venezuela en México, Delcy Rodríguez, además de Diosdado Cabello, dirigente por cinco años del Parlamento venezolano y quien también obtuvo un escaño en estos comicios informó que en un plazo máximo de 72 horas se instalaría la Asamblea Nacional Constituyente.
En contraste
Ante el triunfalismo oficialista, la oposición calificó de fraudulenta e ilegítima la elección. Henrique Capriles a nombre de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática hizo un llamado a la movilización para protestar por la instalación de la Asamblea Constituyente y explicó que el lunes se realizarían diversas marchas en todo el país contra lo que llamó la “masacre” y el “fraude” ocurridos en la jornada de votación. Informó que el miércoles habrá una movilización en Caracas coincidiendo con el día en que se instalará la Asamblea Constituyente.
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