Administración sin rumbo

Sin rumbo

Hemos entrado en la época del sexenio en que se pierde totalmente el rumbo. Solamente hay que ver los medios y los temas que se tratan. Los medios tradicionales dedican su mayor tiempo a la “nota roja”, combinada con la relación de la politiquería electorera, las múltiples patadas debajo de la mesa y el lodo que se echan los partidos los unos a los otros. Esto, más unos pocos escándalos de los “famosos” y algunas penurias deportivas forman la programación. Una programación que ya hastía.



En la primera mitad de este sexenio la nota eran las grandes reformas estructurales. Hechas con bastante descuido, muchas sin suficiente consulta y, como era de esperarse, muy cuestionadas. Una vez más, la clase política cree que puede imponerle sus criterios a la población sin que haya una amplia consulta pública para ver todos los puntos de vista. Nos siguen considerando como menores. Pero no sólo fue eso. Se vio el aspecto legislativo, reformas constitucionales y leyes complementarias, pero a varios años de su promulgación se ha visto que no se planeó la implementación.

Para muchos, la tarea está hecha cuando termina el trabajo legislativo. En la vida real ahí es donde empieza la tarea. La parte fácil es crear leyes, la parte difícil es hacerlas cumplir. Y muchas veces no es cuestión de plazos: ahí está de ejemplo la reforma Penal, para la cual se dieron ocho años de implementación, y que ahora se ve con tristeza que solo está aplicándose a medias y con muchos cuestionamientos.

Esto se está usando como un ariete contra la clase política. Algunas de las críticas contra la actual administración vienen justamente de esos temas que se dejaron sueltos y ahora se pide que se revisen o modifiquen esas reformas que tanto trabajo costaron. Las críticas también se han usado para acusar de entreguismo hacia el antiguo régimen a los partidos de oposición, y en particular a sus personeros que participaron en las discusiones de esas reformas.

Por otro lado, a la clase política ya no le interesa el tema. Ahora el interés mayor es el nombramiento de los candidatos en casi todos los partidos, la discusión de los frentes opositores, el aprovechamiento de todas las circunstancias que lo ameriten para echarle lodo a pre candidatos y partidos. Muy poco más. En todo caso, algunos slogans sonoros, como aquel de “aprender a aprender”. Algo que intuitivamente es muy cierto y muy necesario, pero sin que se haga una amplia discusión sobre cuáles son los obstáculos para que aprendamos mejor y en dónde están las fallas que impiden a nuestros niños y jóvenes aprender eficientemente. En todo caso, como de costumbre, se están llamando a expertos, para que, sin consulta, nos prescriban las soluciones que harán de México un país de primer mundo en lo educativo … dentro de 30 o 40 años. Sí, dan algunos indicadores sobre la necesidad de tener un buen nivel de inglés y un buen dominio de la computación, lo cual son objetivos sanos. Lo que falta es decir cómo se va a lograr. Como de costumbre, confundimos los objetivos con estrategias y creemos que, con señalar el objetivo a alcanzar, ya se tiene la estrategia.

En los próximos meses, trabajaremos con un Plan Nacional de Desarrollo que le queda una vigencia de poco más que un año y que ya no responde a las situaciones con las que se redactó hace casi cinco años, con una gran cantidad de metas sin planes concretos de implementación. Esto combinado con políticos y funcionarios públicos más preocupados por encontrar con qué equipo electoral les conviene alinearse que con cumplir los resultados de reformas y leyes, hará que veamos al país sin un rumbo claro. Dentro de un año, esperamos, ya tendremos un presidente electo. Un presidente en funciones al cual ya nadie le hará caso: sus órdenes y determinaciones se cumplirán a medias pensando en que cuando entre el nuevo presidente todo será diferente y no tiene caso trabajar en balde.

¡Cómo nos hace falta una administración pública profesional, administradores públicos de carrera que se aseguren por un lado de que las leyes y reformas hayan sido debidamente estudiadas y consultadas para asegurar en lo posible que tengan la mejor probabilidad de éxito y que, por otro lado, se aseguren de que se implementen y se lleven a cabo cabalmente!

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com


 

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