En Memoria de Don Lorenzo Servitje (q.e.p.d.), retrotraemos la charla de nuestro presidente, Fernando Sánchez Argomedo, con Don Roberto Servitje, que revela el talante de la familia Servitje.
Con cierta periodicidad tengo el honor y la oportunidad de platicar con dos personas a quienes considero muy buenos amigos, personas admirables que son verdaderos ejemplos de vida. Me refiero a los hermanos Servitje Sendra, Don Lorenzo y Don Roberto.
Estoy seguro que no necesitan presentación, son dos de los fundadores de una de las empresas más importantes de México y del mundo: BIMBO, que ahora está encabezada por uno de los hijos de Don Lorenzo, Daniel, quien en voz de Don Roberto y Don Lorenzo, y con la evidencia de los resultados, ha sabido hacer más con los talentos recibidos de sus antecesores, al seguir proyectando, aún más, a este enorme consorcio.
A Don Roberto le pregunté cuál es el secreto para dar el salto de una empresa y llevarla a las alturas. Cabe resaltar que BIMBO no fue siempre la empresa que hoy conocemos, era una pequeña empresa familiar. Es conocida la historia que señala que fueron ellos quienes le cambiaron el nombre a lo que en su momento se denominaba “pan de caja” y que hoy todos en México llamamos Pan BIMBO.
Don Roberto me contestó con toda claridad y enorme sencillez que ese salto implica trabajo, reinversión y principios. Conceptos que utilizaré yo para explicar el por qué considero a los hermanos Servitje Sendra personas admirables y ejemplares, hombres que debemos imitar.
Trabajo
Cuando uno tiene pasión por algo trascendente, el trabajo es lo que hace la diferencia, el trabajo dignifica a la persona humana, como lo ha señalado en sus intervenciones el Papa Francisco. Los Servitje nos han demostrado que el trabajo implica una constancia y una persistencia inagotable, implica muchas veces renunciar a aspectos del corto plazo cuando se requiere invertir tiempo para el largo plazo.
El trabajo es el esfuerzo que realizamos para transformar nuestro entorno con un objetivo específico. Algunas definiciones de trabajo señalan que su objetivo específico es la sola consecución económica, pero, ¿cómo podría sólo la consecución económica dignificar a la persona?
Don Lorenzo ha señalado siempre que el trabajo tiene un enfoque personal o individual que es la autorrealización en la que uno tiene la oportunidad de ofrecer su propia y personalísima capacidad para hacer algo en beneficio de un tercero, ya que todo lo que se hace implica a la persona que lo hace y a la persona que recibe ese trabajo en forma de producto o servicio. La consecuencia es la remuneración económica, que no es el fin, sino la justa retribución por ese esfuerzo, y que al mismo tiempo aportará a quien la recibe la oportunidad de convertirse en receptor de otros productos y servicios necesarios para una vida digna.
El trabajo dignifica porque da la oportunidad de servir dando en beneficio de otros. El trabajo, con ese enfoque, siempre entrega productos y servicios de alta calidad porque se enfocan en el receptor; y, cuando entendemos que el receptor es uno como yo, mi hermano, entonces el esmero es mayor.
Reinversión
Cuando Don Roberto habla de reinversión, se refiere a que el objetivo de una empresa no es obtener utilidades, sino tener la capacidad de convertirse en una fuente de empleo digno. Para esto requiere que el trabajo cuente con condiciones mínimas y máximas para su buen desarrollo, empezando por la justa remuneración y prestaciones, el lugar y las condiciones de trabajo, así como la mayor calidad del servicio o producto entregado.
Reinvertir implica gastar en lo importante, en tener más recursos para crecer y para repartirlo entre más personas; reinvertir es un círculo virtuoso que da más y de manera más justa a todos.
Innumerables y de lo más variado son las anécdotas que demuestran de manera sobrada que BIMBO ha sido una empresa que tiene muy claro que reinvertir también dignifica a la persona. Recientemente, Don Lorenzo nos platicaba la historia de un empleado-vendedor (Don Nachito) que, habiéndose jubilado, solicitaba a la empresa que le regalaran el modelo más nuevo del uniforme asignado a los vendedores. ¿La razón? Quería que al morir lo enterraran con el uniforme de BIMBO… y así sucedió.
Principios
Don Roberto recalcó enfáticamente que de nada sirve lo anterior, si no se tiene un marco de principios que le dé solidez y claridad al trabajo y al negocio. Una empresa no sólo tiene un sentido económico. Lo primero que se tiene que asumir es que la empresa está integrada por personas orientadas a ofrecer productos y servicios a otras personas. Suena algo obvio, pero el reconocer a la persona implica reconocer también su naturaleza y su dignidad, que a su vez define un marco claro de acción.
En este marco de acción no caben aquellos aspectos que vayan en contra de la dignidad de la persona, misma que también se inserta en una comunidad y un entorno.
Los Servitje ven a la empresa como una entidad que es responsable de su entorno y que promueve con su actuar una responsabilidad social que empieza desde dentro, no permitiéndose actos de corrupción, y que se refleja hacia afuera apoyando iniciativas sociales de diversos tipos, impulsando también a sus empleados a ser ciudadanos participativos.
Modelo de empresarios…
Trabajo, reinversión y principios son tres conceptos que implican para Don Roberto y Don Lorenzo mucho más que la definición simplista de las palabras, y que son la clave para que una empresa sea tan grande y tan sólida como BIMBO.
“Si quieres cruzar el río apúntale a la luna y llegarás más lejos de lo que imaginas”. Esta frase refleja mucho de lo que estos dos hombres han construido. Su testimonio ha trascendido y seguirá trascendiendo por mucho tiempo. Son un verdadero ejemplo a seguir. Si nos arriesgamos, seguramente lograremos dejar huella en nuestro amado México.
México tiene mucho que agradecerles. En nombre de muchos, ¡gracias!
* Presidente yoinfluyo.com