Al destacar la grave violencia que actualmente se padece en México, que solo es superada por Siria con la diferencia de que no se encuentra en guerra, el nuncio apostólico, Franco Coppola, cuestionó que “¿cómo puedo decir que vivo en un país católico, si es un país en donde se mata tanto?”, ante lo que dijo que los católicos deben reforzar su compromiso para prevenir y combatir este mal “falta algo de mi manera como iglesia de trabajar, de ayudar a las personas, las víctimas y a los victimarios hacerles ver de lo que hacen cuando matan a una persona”.
Agregó que la Iglesia se enfrenta a un gran “desafío, porque no es posible que un país donde el 80 por ciento se dice católico y el otro veinte es cristiano, que estamos bajo el mismo Evangelio, no es posible que un país tan creyente sea un país donde da la impresión de que la vida no vale tanto”.
En su visita a Nuevo Laredo en donde participó en los festejos del 28 Aniversario de la fundación de la Diócesis, el
Nuncio se refirió a la violencia de la que han sido víctimas algunos sacerdotes, subrayando que esta se deriva de la misma violencia que se padece en el país, no porque exista una persecución religiosa.
En cuanto a la restitución del tejido social, el prelado destacó que en México a la Iglesia católica hace falta capacitar a los sacerdotes y religiosas, por lo que en reuniones con Obispos se ha expuesto el tema con la intensión de incluirla en la formación de quienes pertenecen a la vida consagrada y en los seminarios, con la intensión de que se estudie la doctrina social de la Iglesia y de esta manera se pueda responder de manera efectiva a los retos que se enfrenta en la sociedad a la cual tienen que servir, orientar y ayudar a salir adelante.
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