La grilla desnaturaliza a la política: IMDOSOC

“Los pobres no son los clientes de la Iglesia”, señaló Ricardo Canelli durante la Jornada por las personas en pobreza celebrada en el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, IMDOSOC, y enfatizó que “el Evangelio no es un valor, sino un camino compartido”.


Jornada de Reflexión


Señaló que el 30 por ciento de las personas en el mundo viven en barracas, y en África llega hasta el 60 por ciento, por lo que enfatizó que si no queremos ser un cristianismo ideológico o defensivo, hay que ir a las periferias. Por su parte, Alonso Rodríguez señaló que el mensaje de Jesús se dirigió a personas periféricas y que incluso él mismo vivió y se encarnó como alguien periférico.

Canelli y Rodríguez, comentaron el libro “Periferias, crisis y novedades para la Iglesia. Comunidades de San Egidio”, escrito por Andrea Riccardi. Ambos coincidieron que existió un cambio de rumbo en el mundo a partir de la Revolución Francesa, Rodríguez enfatizó que a partir de ese punto se dio un alejamiento de la Iglesia de los pobres en tanto que Canelli señaló que lo ocurrido en Francia, llevó a un proceso en que afectó a un mundo de cristiandad, que ha llevado que incluso a que en muchos sitios antes católicos, ahora se sea minoría.

La conferencia magistral corrió a cargo de Juan Luis Hernández, de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien dijo que la etapa post sismo, es decir cualquier fenómeno que modifique la realidad, las personas eligen uno de tres caminos para buscar el cambio, la vía electoral, la vía de la sociedad civil de manera pacífica o por la vía armada. El expositor consideró que la vía que realmente puede cambiar las cosas es la participación activa de la sociedad civil, realizar un fuerte trabajo con la sociedad de las organizaciones.

Señaló como focos rojos de nuestra sociedad, el uso indiscriminado de niños en delitos como la pornografía entre otros y las mínimas políticas públicas para protegerlos; también el elevado número de homicidios contra las mujeres, siendo el Estado de México, el primer lugar en estos casos; además de la corrupción que engendra impunidad. Por otro lado, consideró que nuestro país se debe de preparar a ser multicultural por toda la serie de medidas migratorias de la administración de Donald Trump. Finalmente sugirió una agenda de diferentes acciones como la participación de una economía solidaria, el ejercer plenamente el poder del consumidor y renunciar a la “chatarra” para optar por productos realmente nutritivos, adoptar una ONG y comprometerse en acciones sustentables, entre otras.

En el Panel “La pobreza los sismos y la reconstrucción”, Julia Narváez, del Patronato de la Fundación León XIII en Pinotepa Nacional en Oaxaca, compartió sus experiencias y señaló que la riqueza está en la persona, por lo esta no depende del dinero o de los bienes, sin embargo la verdadera pobreza es cuando la persona se degrada.

Narváez añadió que el otro componente de la riqueza es la educación, por lo que aunque su proyecto no es escolar, sino más bien de financiamiento, desarrollan un proyecto integral. Destacó que todos deberíamos estar capacitados para participar en política que es la búsqueda del bien común pero la politización o “grilla” desnaturaliza a la política, ya que esta busca la dependencia de las clientelas. Señaló que estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas tienen muchos recursos naturales y gente muy trabajadora pero que su nivel de atraso se debe en gran medida por la ignorancia, y recordó que muchos profesores que nutren a la aguerrida sección 22 del Sindicato provienen de la región del Istmo de Tehuantepec.

Por parte el P. Salvador Urtega, quien coordinó los esfuerzos de reconstrucción en Ciudad Guzmán, Jalisco tras los sismos de 1985, indicó que proporcionalmente Cd. Guzmán fue más dañada que el Distrito Federal pero no figuraron en las noticias nacionales. En su participación delineó parte del testimonio del Papa a favor de los pobres, incluso desde los primeros momentos de su Pontificado, deseando una Iglesia pobre y para los pobres. Señaló que hemos globalizado la indiferencia y que la Carta Encíclica nos llama a escuchar el grito de los pobres y de la madre Tierra. Enfatizó que ante una riqueza descarada no podemos permanecer inactivos.

Respecto de su actuar en la reconstrucción de una zona devastada, puntualizó que con ayuda de las comunidades de base, se pudo ubicar perfectamente el terreno y hacer más de 25 mil raciones de comida así como proveer de despensas a los damnificados por 6 meses. No obstante advirtió que la emergencia exige una acción a corto plazo, pero quererla prolongar ponen en riesgo la transición a otra etapa de mediano y largo alcance. 

Enfatizó que los pobres son sujetos, no objetos de nuestras obras benéficas y subrayó que no podemos confundir la asistencia con el asistencialismo. Ellos, los pobres, indicó Urteaga, tienen derecho a exigir, y que el proceso de reconstrucción debe despertar la solidaridad, educarnos a colaborar con nuestros propios recursos, integrar formación y la reflexión de fe; en aquella ocasión se reconstruyeron alrededor de 2 mil casas.

Cabe mencionar que el próximo 18 de noviembre se llevará a cabo la primer Jornada Mundial de los Pobres, a la que ha convocado el Papa Francisco, a toda la Iglesia y a todas las personas de buena voluntad, para lo que ha emitido un mensaje alusivo a dicha celebración.

 

 

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