Se oye decir que ¡La Juventud es el futuro de un país!; o también a los mayores que suelen referir con cierta nostalgia ¡Juventud, divino tesoro! Ciertamente, mientras se es joven se es más idealista, más generoso, más dispuesto a grandes y nobles empresas; se sacrifica uno por ese ideal que llena el pensamiento, se piensa más en cómo ayudar, qué hacer por la Patria, por Dios y por el prójimo. Además, se tiene mayor vitalidad, mejor salud, se tiene a la vida por delante y se piensa en ser alguien que valga la pena, que deje huella de su paso por este mundo.
Desde un principio, desde los tiempos de San Juan Diego, se realizan peregrinaciones al Tepeyac para visitar a nuestra Madrecita Santa, María Reina Virgen de Guadalupe, para implorar su protección y ayuda; o bien, para dar gracias por los dones recibidos. Año con año el número de peregrinos ha venido aumentando, a tal grado que, actualmente, con más de 7 millones de devotos que asisten a La Villa en su festividad y más de 20 millones al año, ocupa su Santuario el primer lugar en el mundo, más que la Catedral de San Pedro en Roma, Lourdes y Fátima juntos, que logran una asistencia de 16 millones de peregrinos al año.
A pesar de la campaña insidiosa contra los católicos que siempre hemos sido la gran mayoría, iniciada poco después de lograda la Independencia por Iturbide, radicalizada por Juárez, apareciendo los primeros “Cristeros” en defensa de su Fe al grito de “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!” Después por Carranza con su Constitución antirreligiosa de 1917, recrudeciéndose con Obregón, Calles y Cárdenas (socialistas al servicio de la masonería yanqui), lo que provoco la famosa Guerra Cristera. Que si no hubiera sido por esos valientes, México habría caído en las garras del comunismo.
En esos días, después de la revolución roja en Rusia, México y España, dos países estratégicos para difundir el comunismo en el mundo, estaban en la mira del socialismo (comunismo) internacional. En México los Cristeros y en España los Nacionalistas frustraron ese intento. Gracias a la protección de la Virgen de Guadalupe y a la devoción del pueblo mexicano a su Madrecita, a pesar de que sí ha causado mucho daño, no ha logrado la mafia de izquierda (masonería) la descristianización que ansía, obedeciendo las consignas de la mafia (masonería) yanqui.
Igual que la devoción a la Guadalupana (se dice que pocos mexicanos no son católicos, pero que no hay un mexicano que no sea guadalupano), nos ha ayudado mucho la devoción a Cristo Rey, la que nos ha asistido a superar todos los problemas y a mantenernos firmes.
En 1914 México se consagra al Sagrado Corazón de Jesús y 1920 se construye el primer monumento a Cristo Rey, bendiciéndose en 1923 por el nuncio apostólico Monseñor Filippi con la asistencia de 80,000 fieles, un segundo monumento más grande que habría que reemplazar al primero. Poniendo como justificación el Art. 24 de la Constitución de 1917, que dice que “El Culto Religioso debe celebrarse exclusivamente en los templos o en domicilios particulares”, se suspende la construcción y se expulsa al nuncio apostólico. No es sino hasta el 11 de enero de 1944 que se reinicia la construcción del Monumento autorizado por el Gral. Manuel Ávila Camacho, que se declara católico, bendiciéndose el monumento el 11 de diciembre de 1950, construido sobre el Cerro del Cubilete de 2 mil 480 metros sobre el nivel del mar. Centro geográfico de México.
A Joan Sebastian se le ha llamado el poeta del pueblo, pero el pueblo mexicano no tiene uno, sino un número incontable de poetas, canta-autores, que hacen valer los valores esencia de la nacionalidad mexicana en sus canciones. Ahí están Miguel Aceves Mejía, Cuco Sánchez, Juan Gabriel, el Buqui y cuantos más. El notable historiador Ignacio González Molina, nuestro querido Padre Nacho, en cuyo artículo reciente de “Mexicanidades” me inspiré, cita a José Alfredo Jiménez con su canción, que quién no la conoce:
“El Cristo de la Montaña, del Cerro del Cubilete,
Consuelo de los que sufren, adoración de la gente.
El Cristo de la Montaña, del Cerro del Cubilete”.
Si bien desde un principio se han realizado peregrinaciones al Cubilete, hace ya más de varias décadas se han iniciado las “Peregrinaciones de la Juventud a Cristo Rey”, con una asistencia cada año mayor de jóvenes muchachos y muchachas, siendo la próxima el último domingo de enero.
La acción protectora de Nuestra Madrecita Santa María Reina Virgen de Guadalupe ha sido tal, que nuestro Papa mexicano San Juan Pablo II -como el mismo se reconocía- la llamó Patrona de América, el Continente de la Esperanza en la Reevangelización del Mundo (la recuperación de los valores que se están perdiendo). La confianza en ella se une a la confianza y devoción a su hijo, Cristo Rey. Su devoción como tal se inició en México, y como resultado de ella el Papa Pio XI, en 1925, promulga como Fiesta Mundial el Día de Cristo Rey; y a partir de ese momento se emprende la construcción de Monumentos a Cristo Rey por todo el mundo, empezando con el Cristo del Corcovado, en Río de Janeiro, Brasil; el Cristo de los Andes, entre Argentina y Chile; el Cristo de los esquimales, en el Estrecho de Behring, en el norte; el Cristo de Marabea, en la Toscana italiana; el de Dili, en Timor Occidental, en la Polinesia; siendo las imágenes de una altura entre 20 y 30 metros la más alta y reciente la de Pomnik, en Polonia.
En todas estas partes se están iniciando “Peregrinaciones de la Juventud a Cristo Rey”, que se irán incrementando en número, porque la juventud está cansada de la situación actual y está ansiosa de recuperar los valores que se están perdiendo.
¡Juventud, divino tesoro! Gracias a ella ganaremos la batalla a la cultura de la muerte, salvando a la humanidad, pero también al medio ambiente.
“Donde hay Bosques, hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro, hay Vida”.
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