Si celebramos con tanto entusiasmo e incluso dispendio el 15 de septiembre “EL GRITO”, Iniciación de la Independencia (y que bueno que demostremos que tenemos sangre en las venas, que sabemos festejar con alegría lo importante para nuestra querida Patria). ¿No deberíamos celebrar inclusive con mayor énfasis, mayor jubilo, el que se haya logrado?
Lo primero “El Grito” fue un intento, que estuvo a punto de quedar justo en intento, si no hubiera sido por Vicente Guerrero que en la Sierra Sur era el único que se mantenía en pie, pero que sus esfuerzos hubiera muerto por inanición, si no hubiera sido la persona visionaria de Agustín de Iturbide, que viendo que a México le convenía separarse de España, para no quedar bajo el dominio de las izquierdistas (masonas) CORTES DE CADIZ, buscó a Guerrero y le propuso unirse para lograr la tan ansiada Independencia, sellando el pacto con el famoso “Abrazo de Acatempan”, logrando Iturbide con un casi nulo derramamiento de sangre, a base de convencimiento de los jefes militares, hacer entrar victorioso el Ejecito Trigarante a la Ciudad de México, precisamente el 27 DE SEPTIEMBRE DEL 1821, proclamando la Independencia de un México que abarcaba desde Colombia, toda Centro-América, nuestro actual territorio, los estados de Texas, Nuevo México, Arizona y California (perdidos por la traición de la masonería mexicana) y Alaska que había sido conquistado por México a fines del siglo XVIII (1785 y 1789), que se perdió por el abandono en tiempo ya de la república, invadida por Rusia, que luego se la vendió a EE.UU.
En una carrera parejera, (el Moro de Cumpas, el Zaino de Agua Prieta, Canelo, el Prieto azabache, la Sevillana y tantos más) de nada sirve que salga el ligero al disparo del revólver, si no alcanza a cruzar veloz la cuerda de la meta completando esa carrera. El júbilo de todos los presentes estalla cuando en el momento que el cuaco pasa como relámpago la línea de jueces, pues si no llega, pues no hubo carrera.
Eso precisamente es lo que debe pasar en nuestro México, tenemos que celebrar el Día de la Independencia, que estalle el júbilo y la alegría, celebrando cuando se alcanzó exactamente la meta, o sea el 27 SEPTIEMBRE DE 1821.
¿Por qué seguir ocultando e ignorando lo evidente? La verdad siempre saldrá a la luz del día, aunque traten por “decreto” ocultarla, como sucedió con la Cristiada.
Nuestra Bandera, la que por encuesta mundial fue declarada la más hermosa de todas, lleva los colores plasmados en las alas del angelito a los pies de nuestra Guadalupana, los mismos colores de la bandera con la que el Ejercito Trigarante entro triunfante el 27 de Septiembre a México, proclamando LA INDEPENDENCIA que celebramos este mes, Mes Patrio, MES DE LA INDEPENDENCIA: el Verde de Libertad, el Blanco de Religión y el Rojo de Unión (Por más que quieran cambiar el significado de los colores, nunca podrán hacerlo). Igualmente la estrofa VII (que han hecho a un lado) de nuestro Himno Nacional, también más hermoso que la misma Marsellesa, lo sita claramente: “Si a la lid contra hueste enemiga, nos convoca la trompa guerrera, de Iturbide la sacra bandera ¡Mexicanos! Valientes seguid”. La bandera que lleva ciertamente los colores escogidos con mucho acierto por Iturbide.
Nuestros símbolos máximos, la Bandera y el Himno Nacional, hacen justicia al verdadero HÉROE DE LA INDEPENDENCIA que nos dio Patria AGUSTÍN DE ITURBIDE y no Hidalgo, que si bien inicio la lucha. El que la termino fue Iturbide junto con Vicente Guerreo. Los dos declarados por la masonería traidores sin serlo, sino al contrario habiendo ofrendado sus vidas por su patria, y no solo eso sino que fueron fusilados sin juicio previo.
A la postre igual que con la CRISTIADA, en la que hombre valientes, mujeres y hasta niños arriesgaron sus vidas por defender la Libertad Religiosa que gracias a ellos disfrutamos aunque no sea plenamente, porque el gobierno de izquierda (masón) se empeña con el pretexto de un falso laicismo, condenado inclusive por Francia, en mantener a Dios fuera de nuestras vidas, con lo que no hacen otra cosa sino fomentar la ambición de riqueza, poder y placer (móvil de todas las mafias), acrecentando la soberbia, la corrupción y la impunidad, lo que ha dado como resultado la situación tan terrible que estamos viviendo, de falta de seguridad (asaltos en casa y en la calle , robos, secuestros, violaciones, asesinatos, trata de blancas y de niñas y niños), pobreza, hambre y muerte.
Festejemos con euforia EL VERDADERO DÍA DE LA INDEPENDENCIA, el día en que se logró, en el que el ligero gano la carrera, reconozcamos el mérito de Iturbide y de Guerrero, démosles el lugar que siempre se han merecido y que la mafia se los ha negado ocultando la verdad. Igualmente demos nuevamente su lugar a Dios y a la Guadalupana, pues inclusive a ella Echeverría (masón) se atrevió quitar como Fiesta Nacional el 12 de diciembre su Día. Y dijimos igual que como lo cita Ana Graham “está bien”.
Resultado de las acciones de LA CULTURA DE LA MUERTE son todos los desastres naturales, que con ellos Nuestra Madre Naturaleza nos quiere a cada momento advertir que urge regresar a la CULTURA DE LA VIDA. Estos avisos, Huracanes (tres seguidos de una vez) con inundaciones, deslaves y muertes, los refuerza Dios con los Sismos (dos tremendos seguiditos), para ver si así reaccionamos y corregimos el curso, pudiendo llegar así a buen puerto, antes de que nos hunda la tormenta. Porque aunque Ana Graham dice que como queremos que Dios que es todo un canalero, se meta en nuestras vidas si nosotros lo hemos sacado de ellas, Dios de todos modos se mete, pero espera que nosotros hagamos lo que nos corresponde.
¡VIVA MÉXICO! ¡VIVA LA INDEPENDENCIA! ¡VIVAN LO HÉROES QUE NOS DIERON PATRIA!
¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA MARÍA REINA VIRGEN DE GUADALUPE!
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