Apenas hace seis días el gobierno mexicano descalificó los señalamientos de un informe internacional que destacó que México es el país más violento después de Siria, aún y cuando no se tiene un conflicto bélico.
Las Secretarías de Relaciones Exteriores y de Gobernación calificaron las declaraciones del reporte “Armed Conflict Survey 2017”, del International Institute for Strategic Sutdies (IISS) de irresponsables, sin embargo apenas un día después del desmentido oficial fue asesinada la activista Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, del Colectivo de Desaparecidos de San Fernando, Tamaulipas, en su propia casa por un comando armado.
Ese mismo día en Reynosa, Tamaulipas, se protagonizaron enfrentamientos con armas de fuego, cerca de centros escolares, en los que al menos cinco personas perdieron la vida.
Al día siguiente, la violencia siguió escalando el ambiente al trascender un video en el que se observa como un militar da el tiro de gracia a un presunto huachicolero, a pesar de que este permanecía sometido y sin tener oportunidad alguna para oponer resistencia.
Al mismo tiempo, otro video mostraba que previamente elementos del Ejército sufrieron una emboscada. Estos hechos tuvieron lugar el 3 de mayo en Palmarito, Puebla, en la noche en que militares y habitantes se enfrentaron durante un operativo contra la “ordeña” ilegal de combustibles en la que al menos hubo 10 muertos.
También en Totolapan, Guerrero fue escenario de violencia cuando policías estatales y militares que pretendían contener manifestaciones de descontento fueron agredidos por civiles quienes incendiaron vehículos y bloquearon tramos carreteros en Tierra Caliente.
Por otra parte, durante el intento por recuperar la base de operaciones de la comunidad de El Ocotito, en la Tierra Colorada, Guerrero, se dio un enfrentamiento a balazos entre pistoleros de dos organizaciones civiles, que dejó un saldo de un agente ministerial y un civil muertos, además de la movilización de fuerzas federales.
Pare el lunes dos periodistas más se sumaron a la lista de asesinatos, Javier Valdez fue baleado el lunes en Culiacán, Sinaloa, después de haber salido de las oficinas del semanario Ríodoce.
También el lunes la periodista Sonia Córdova, subdirectora comercial del semanario El Costeño de Autlán, en Jalisco y su hijo, el reportero Jonathan Rodríguez Córdova, fueron atacados por sujetos armados cuando transitaban por el Periférico de la localidad. Rodríguez Córdova, de 26 años, perdió la vida en el ataque.
En tanto, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el sacerdote Miguel Ángel Machorro después de oficiar misa fue apuñalado por un sujeto de entre 28 y 30 años de edad, quien por la dirección de las heridas pretendía degollar al religioso.
Ayer también fue encontrado envuelto en una bolsa, al interior de su domicilio, el cadáver del director del ISSSTE en Tehuacán, Ángel Noé Mercado Carrillo, quien horas antes había sido reportado como desaparecido en redes sociales.
Este martes Una camioneta cargada con 4 mil litros de combustible robado explotó esta mañana en la comunidad de San Cristóbal Tepatlaxco, del municipio de San Martín Texmelucan. Militares, bomberos, además de personal de Pemex y Protección Civil llegaron al lugar y vieron una unidad tipo Chevrolet color blanco, con placas de Puebla, que transportaba cuatro contenedores, cada uno de mil litros de combustible.
Estos son algunos de los casos que durante la última semana han trascendido a nivel público, después de que el gobierno de la República hace apenas seis días negara lo dicho en el análisis Armed Conflict Survey, a cargo del International Institute for Strategic Studies (IISS), de Londres, en el que se destaca a México como el segundo país más violento del mundo.
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